Ilya: La mujer de Río Indio

La ingeniera del casco rosado ha sido designada para liderar el futuro del Canal de Panamá

La ingeniera del casco rosado ha sido designada para liderar el futuro del Canal de Panamá.

Después de haber liderado con éxito la ambiciosa ampliación del Canal de Panamá, Ilya Espino de Marotta, una de las ingenieras más destacadas de la región, enfrenta un nuevo desafío: garantizar el suministro de agua para la vía interoceánica y el consumo humano, a través del proyecto de Río Indio.

Con una carrera marcada por el liderazgo y la innovación, Ilya Espino de Marotta se ha convertido en un ícono en el mundo de la ingeniería, y su distintivo casco rosado, más que un accesorio, es un símbolo de su determinación y orgullo por ser una mujer líder en un campo tradicionalmente para hombres.

En esta entrevista exploraremos cómo su visión y experiencia están dando forma al proyecto de Río Indio, del cual depende el futuro de la vía intermares y la sostenibiliad del agua en el país.

Ilya de Marotta y su casco rosado.

La ingeniera Ilya Espino de Marotta asumió el cargo como subadministradora del Canal de Panamá, en febrero de 2019, marcando historia al ser la primera mujer en desempeñar esta función. La subadministradora comenzó su carrera en el Canal en el año 1985 como la única ingeniera en el astillero. Ahora trabaja junto a más de 1,000 mujeres en la vía interoceánica.

También se desempeñó como vicepresidenta de Negocios de Tránsito y vicepresidenta ejecutiva de Ingeniería, durante el Programa de Ampliación del Canal de Panamá.

Como líder de la ampliación Canal, Ilya de Marotta cumplió su papel a cabalidad, pese a que su esposo y uno de sus hijos se enfermaron de cáncer durante el desarrollo del proyecto. Ella recibió el apoyo total del administrador de entonces, así como de sus colaboradores, pues tuvo que viajar a Nueva York en varias ocasiones, para ver y cuidar a su esposo e hijo, ambos hospitalizados en el Sloan Kettering Cancer Center.

En una ocasión, uno estaba en el sexto piso y el otro en el noveno… «allí estaban los dos”, recuerda, al tiempo que sus ojos se le llenan de lágrimas. Afortunadamente, ambos superaron la enfermedad.

Ahora, la junta directiva y la administración la han encargado del proyecto más importante para el Canal de Panamá: el proyecto de Río Indio. “Es un gran reto y estoy feliz”, dice sonriente.

¿Cuál es la visión, Ilya, del proyecto de embalse de Río Indio, dado que es lo más importante ahora mismo que tiene el Canal de Panamá como meta y por qué es crucial para el funcionamiento del Canal?

Algo que es muy importante y a lo que el Canal se ha venido abocando de una manera un poco diferente a lo que hemos hecho tradicionalmente, es el aspecto de la sostenibilidad. El proyecto de Río Indio es un proyecto de sostenibilidad, más que todo, hídrica. ¿Esa sostenibilidad hídrica qué nos va a permitir? Dejar un legado en la cuenca del Canal, más allá de los proyectos que hacemos hoy en día de apoyo a las comunidades para que mejoren su calidad de vida. Queremos potenciar la ayuda a las personas que van a tener que ser reasentadas para que tengan una mejor calidad de vida.

El Canal está comprometido con la sostenibilidad hídrica, que es parte de nuestro mandato constitucional, y la protección de la cuenca hidrográfica del Canal, mejorando la calidad de vida de los residentes… Esa es la visión.

¿Y qué medidas se están tomando para garantizar que este nuevo embalse pueda enfrentar futuras crisis hídricas como la que usted debe recordar bien, sucedida en el 2023?

Con todos los estudios y análisis que hemos llevado a cabo y viendo la variabilidad climática que cada vez se hace más frecuente, no solo en Panamá, sino en el mundo entero, este nuevo lago es muy importante, porque nos dará una seguridad hídrica en un escenario de unos 50 años en adelante. El Canal de Panamá tiene el lago Gatún y el lago Alajuela, uno de 1913 y el otro de 1935, respectivamente, y estamos en el 2025. Entonces hemos tenido una seguridad hídrica y esos dos lagos nos han permitido que agua potable sea extraída, para que el 50 por ciento de la población sea abastecida del vital líquido.

Este nuevo reservorio, pues, permitiría mantener esa sostenibilidad en lo que es el recurso hídrico y la eficiencia del Canal; que no tengamos que enfrentar situaciones como la que tuvimos en el 2023 y que nos obligó a bajar el número de tránsitos para poder garantizar el agua potable. Este proyecto nos permitirá cumplir con ambas misiones de una manera exitosa.

¿Cómo se eligió Río Indio? Había otras opciones, tengo entendido.

Han existido varias opciones. El Canal ha venido estudiando los proyectos hídricos desde 1999, cuando empezábamos a ver el Canal ampliado. Y cuando salió el mandato de proteger la cuenca hidrográfica, había que ver cuál era el volumen del agua. Así que Río Indio ha sido un proyecto que se ha estudiado en varias ocasiones y hay otros proyectos que también se han analizado.

El que da más rendimiento, que es económicamente más viable y que ayuda a las mejoras de la población que está aledaña al área donde se hará el proyecto, es Río Indio. Hay otros proyectos que no dan la cantidad de agua, otros que son mucho más costosos y algunos no  garantizan el volumen por los 50 años. Entre todos se buscó el proyecto óptimo y resultó ser Río Indio, el cual se ha estudiado en diversas ocasiones.

Nunca habíamos tenido una situación como la del 23, donde el impacto significativo fue mayor, que tuvimos que reducir tránsitos, en tanto que la población sigue creciendo y todavía hay algunas comunidades que no reciben el agua de la manera como debieran recibirla… así es que este proyecto nos va a permitir ambas cosas.

Sabemos que más de 2.000 personas serán reubicadas debido al proyecto, ¿no? ¿Qué planes específicos existen para garantizar que esas comunidades sean compensadas adecuadamente?

Los planes todavía no están definidos, porque se van a concretar con los pobladores, pues cada población tiene una condición diferente. La garantía que tienen estas personas es que el Canal es una empresa transparente, responsable y que cumple lo que promete. Y lo podemos ver con la ampliación; por ejemplo, dijimos que durante la ampliación cada hectárea deforestada sería reforestada el doble y el Canal cumplió con creces esa promesa, a parte de que generó muchos empleos.

Este proyecto hídrico también debe conllevar, no solo la generación de empleos locales, durante la ejecución de la obra, sino alguna generación de empleos a futuro, mejorando la conectividad vial, dándole algunas mejoras a los residentes de esas áreas en comparación con lo que tienen hoy en día.

 Lo más importante ahora, es comunicarnos con esas 2.000 personas o 500 familias para garantizar que lo que ellos desean, se lo vamos a compensar; en la ampliación tuvimos que reubicar unas tres o cuatro familias, era un grupo pequeño, pero se hizo bien. Ahora hay que hacerlo a una mayor escala, pero lo vamos a hacer igualmente bien. Y es importante que también los residentes del área de Río Indio y la cuenca occidental vean lo que ha hecho el Canal tradicionalmente en la cuenca, que son proyectos para mejorar la calidad de vida de sus residentes.

Y específicamente, ¿qué le diría a esa gente que está preocupada, algunas que se están oponiendo al proyecto?¿Qué mensaje le brindaría en este momento?

Las invito a que vean los proyectos y los programas que hemos hecho, que nos escuchen y que conversemos, porque hay que llegar a un entendimiento que sea un ganar-ganar. Aquí no queremos un ganar-perder, queremos un ganar-ganar. Sabemos que no es sencillo tener que mudarse, y si la persona quiere un medio de vida similar al que tiene hoy en día, eso es lo que el Canal de Panamá está dispuesto a darle. O sea, estamos dispuestos a escuchar las necesidades de cada uno.

Sabemos que el proyecto tiene un costo más o menos de $1.600 millones, ¿verdad? ¿Cómo se va a financiar?

El Canal ya tiene el dinero, digamos, disponible para la obra. Cuando hicimos el desarrollo del proyecto hídrico, cuando empezamos a estudiar todas las alternativas, pusimos los fondos en dos o tres años fiscales diferentes y lo que hemos hecho ahora es que se ha segregado parte de esos fondos para el proyecto de Río Indio, que es por un monto de $1.500 millones, según lo tenemos  estipulado hasta momento. No sabemos si vamos a hacer algún tipo de financiamiento. Hay una posibilidad. Nosotros en su momento financiamos 2.300 millones para la ampliación, pero ahora mismo tendríamos los fondos para hacer este nuevo proyecto sin financiamiento.

Se menciona que el proyecto tomará aproximadamente seis años, ¿cuáles son, desde su óptica, los principales desafíos técnicos que habría que afrontar?

Sí, este proyecto, a diferencia de la ampliación del Canal, es técnicamente más sencillo, en el sentido de que es una infraestructura que se construye más rápido, pues no es tan grande como la ampliación, pero tiene la complejidad de que se trata de un lugar remoto, entonces tenemos que hacer toda la infraestructura para llegar al lugar y hacer un campamento para poder ejecutar la obra; ese es el desafío técnico más importante.

 ¿Qué estudios se han realizado para evaluar el impacto ambiental del embalse en la biodiversidad local y los ecosistemas circundantes?

Estamos en el proceso de licitar el estudio de impacto ambiental, sin embargo, hemos hecho, digamos, una línea base, una evaluación preliminar, en el 2017. El 50 por ciento del área del proyecto son pastos y rastrojos, el 47 por ciento son bosques secundarios mixtos, y el resto son áreas pobladas, de cultivo y superficies de agua; entonces vemos que no se trata de bosques primarios. Esto está en la parte media de la cuenca, no es en la parte alta que es más boscosa y tampoco la parte baja que es cerca de la costa. Estamos haciendo esa evaluación, y cualquier reparo que haya que hacer, tal y como lo hicimos con la ampliación, la haremos también en este proyecto. Por ejemplo, en el desarrollo de la ampliación hubo que reforestar, rescatar fauna y vida silvestre y lo hicimos de manera muy efectiva y profesional.

El Canal abastece de agua potable a más del 50 por cientto de la población, como ya lo mencionó. ¿Cómo garantizarán que este equilibrio entre consumo humano y operación comercial sea sostenible a largo plazo, que es lo que se busca?

Sí. Este es un proyecto país, no es un proyecto Canal. Y eso es bien importante tenerlo en cuenta. Es un proyecto país, porque es el recurso hídrico para la población y es bienestar para todos en cuanto a que el ingreso que genera el tránsito de los buques es para el beneficio de la población, esa es la importancia del proyecto.

Estamos trabajando en coordinación con el IDAAN, regularmente, porque tenemos que balancear las cargas y es importante para nosotros que ellos también hagan los cambios necesarios para salvaguardar más el recurso hídrico, pues hay mucha pérdida en el sistema.

El Canal de Panamá ha perfeccionado las técnicas que permiten minimizar la cantidad de agua por esclusaje; hay medidas operativas que hemos tomado, medidas de mejoras a ecosistemas y todavía se puede mejorar mucho más; y en ese proceso también debemos hacer un esfuerzo para que la gente tenga conciencia de que el agua es un recurso que no es infinito. Entonces, pienso que todo el mundo tiene que dar su granito de arena para que esto sea un éxito total. Solamente con cuidar el agua, no malgastarla en nuestro diario vivir, ya estamos colaborando.

Dado que el Canal es una vía clave para el comercio mundial, ¿qué respuesta han recibido de los principales usuarios internacionales? ¿Ellos han dicho algo? ¿Qué han opinado?

Los usuarios estuvieron sumamente preocupados por lo que sucedió en el 2023 y, precisamente, la pregunta de ellos era: ´¿Y qué va a hacer el Canal de Panamá para evitar una situación similar nuevamente?´ por consiguiente, recibimos la aprobación para proseguir con este proyecto que garantizará la seguridad hídrica del país; los usuarios lo ven como que estamos comprometidos con seguir ofreciendo el servicio marítimo internacional ininterrumpido y eficiente.

Hace 25 años el Canal pasó a manos panameñas.

En un contexto global de cambio climático, donde las sequías son cada vez más frecuentes, ¿cómo planea la Autoridad del Canal adaptarse a esas nuevas realidades?

Estamos ahora mismo haciendo una asesoría de las áreas, un Climate Risk Assessment, donde precisamente buscamos las medidas de mitigación y adaptación justas. Estamos viendo qué proyectos en las áreas de la cuenca el Canal de Panamá tienen que empezar para esa transición justa y mitigar los impactos a largo plazo.

 Ya iniciamos el estudio para determinar cómo está la cuenca y cuáles son las medidas de mitigación a largo plazo para poder compensar los años secos que vienen. Eso se llama transición justa y estamos casualmente con el International Finance Corporation (IFC), mediante un contrato, haciendo la evaluación de la cuenca.

¿Aparte de Río Indio, se está pensando en alguna otra estrategia para el tema de la sostenibilidad hídrica?

Bueno, con esto de transición justa y de adaptación, sí estamos viendo qué otras medidas podemos usar en sitio con los residentes para seguir lo que es la protección de las cuencas hidrográficas que están en la región de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá, tanto en la ampliada como en la tradicional. Estamos también trabajando lo que es la calidad del agua, no sólo la cantidad, pues la calidad es muy importante, porque se trata del cosumo de agua potable y, además, viendo qué tecnologías nuevas hay para hacer un mejor uso de nuestros bosques.

La vi en estos días en una reunión con los pobladores del sector,¿qué dicen ellos?

Hay mucha desinformación en el sentido de que mucha gente piensa que será impactada, y cuando ven el mapa dicen, “ah no, es que yo estoy aquí y el reservorio está acá; no me impactará». Esas reuniones son buenas porque dan certeza, y la gente se da cuenta de que no tiene un futuro incierto. La comunicación es crucial cuando se realiza este tipo de proyectos.

¿Cómo se siente Ilya? Ya sabemos que usted va a estar al frente del proyecto

Sí, sí. La junta directiva y la administración me han solicitado que me encargue de la ejecución del proyecto. Así que estoy feliz, porque a mí me gusta más andar en botas, blue jeans y mi casco rosado, que en oficina. El casco rosado volverá a la acción, pero ahora con un énfasis más humanitario que de ingeniera, porque en este proyecto, la parte social y ambiental, es la más importante, es la más grande.

Yo digo siempre que uno algo nuevo aprende, así que ahora me va a tocar aprender más de empatía, de entendimiento, de poder hacerle comprender a las personas que habitan en el área, que lo que queremos es su bienestar y no impactar.

¿Así es que está feliz?

¡Muy feliz! Por más agua para el país.

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