Lamont Roach Jr. venció todos los pronósticos que le daban como la oveja que iba al sacrificio ante Gervonta Davis.
No solo lo llevó a tener que escuchar la decisión de los jueces, por cierto, una auténtica vergüenza.
Lo humilló, lo sacó de su zona de comfort, y lo convirtió en otro peleador más, no una «súper estrella».
El pleito celebrado el sábado último en el Barclays Center, lleno a su máxima capacidad, era el principal de una cartilla bastante buena en términos generales, salvo del exhabrupto ocurrido en la pelea principal.
«Tank» Davis dominó la primera mitad del combate, lanzando fuertes golpes sobre Roach Jr., en lo que presagiaba para él otro triunfo contundente; sin embargo, el retador compuso el rumbo de sus acciones, sacudiendo al campeón ligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB):
Roach Jr., quien es el campeón mundial junior ligero de la AMB, subió de categoría para retar a Davis, uno de los peleadores más peligrosos de la actualidad, hasta la pelea del sábado.
La polémica
La mayor controversia ocurrió en el noveno asalto, cuando Roach Jr. conectó fuertes golpes a Davis, haciéndolo trastabillar. Unos segundos después, Davis puso la rodilla en el enlonado.
El árbitro Steve Wilkes inició la cuenta de protección, pero Davis se levantó cerca de su esquina. Uno de sus segundas le limpió el rostro con una toalla blanca. Wilkes suspendió la cuenta, provocando airadas protestas de los partidarios de Roach Jr.
En adelante, el campeón de las 130 libras sacudió en repetidas ocasiones a «Tank» Davis hasta el último asalto, donde ambos púgiles intercambiaron golpes, pero con Roach Jr. siendo más fuerte.
La decisión de los jueces ahondó la controversia. Dos oficiales, Glenn Feldman y Steve Weisfeld, entregaron tarjetas con puntuación 114-114, mientras que el juez Erik Marlinski vio ganar a Davis 115-113. Un «empate mayoritario» que le permitió al campeón mantener la corona de las 135 libras, en un resultado abucheado por los presentes en el Barclays Center de Nueva York.
Una vez conocida la decisión, Davis trató de justificar lo sucedido en el noveno asalto. «Pedí la toalla porque me cayó grasa del cabello en mis ojos», contó el peleador, mientras el abucheo en su contra crecía en intensidad.
Por su parte, Roach Jr. indicó que la justificación de Davis podría ser cierta, «pero si puso una rodilla en la lona voluntariamente, debió contarse una caída. El árbitro comenzó a contar, pero se detuvo», apuntó, notablemente decepcionado.
Resultado vergonzoso
Numerosos expertos calificaron como «una vergüenza» lo sucedido en el Barclays Center. Bernardo Pilatti, uno de los más importantes analistas de boxeo de Latinoamerica, señaló que el resultado del pleito «fue una vergüenza absoluta».
Un «empate cruel», señaló en su sitio de you tube especializado en boxeo; «se consumó un histórico despojo», apuntó.
Por su parte, Juan Carlos Tapia, creador del programa «Lo Mejor del Boxeo», que transmitió en directo el combate para todo Panamá, indicó que si bien no se puede revertir el resultado de una pelea, porque se trata de opiniones, «si la causa del resultado es por la violación de los reglamentos, sí» puede revisarse lo sucedido.
Tapia sostiene que en este caso, se dio la violación de una regla fundamental, cuando el árbitro Wilkes inició una cuenta de protección a Davis y luego la suspendió.
«Es la peor violación que jamás haya visto», indicó el veterano hombre de boxeo. «Cualquier organismo serio», indicó, «no espera que la parte afectada reclame». Pidió «suspender de por vida» al árbitro de esta pelea.