«Nunca te rindas…» Una frase que acuñó Británico Julio Quesada durante toda su vida. Sencillo, afable, crítico cuando había que serlo, y didáctico, con un manejo del idioma siempre limpio y creativo.
La muerte lo sorprendió en la madrugada de este lunes 3 de marzo. Aún no puedo creerlo. Mi amiga Larabel me informó de lo sucedido. Fue como un golpe de mazo en plena mandíbula.
Como periodista, Británico tuvo un tránsito destacado. Laboró en los diarios El Panamá América, Crítica, El Siglo y El Universal; también lo hizo en Televisora Nacional (TVN), y en las emisoras KW Continente, Radio Mía y Radio Hogar.
Dirigió los diarios PM y Noticias 7 Días. También tuvo un pasaje en el servicio diplomático, como agregado de prensa en la Embajada de Panamá en Colombia.
En los últimos años, laboró en el Tribunal Electoral, siendo parte de las coberturas de prensa en varios procesos electorales.
Entre sus trabajos periodísticos más destacados, se encuentra «Tras el calvario de los refugiados», publicado en el desaparecido diario El Universal, galardonado con el tercer puesto en el prestigioso concurso de prensa internacional Henry Dunant.
Transformación
En el año 2019, la pandemia del covid-19 hizo que muchas personas alrededor del mundo hicieran cambios importantes en sus vidas. Británico decidió hacer el suyo. Y escogió su mejor herramienta: la escritura.
Es así como nace Fígaro Ábrego, seudónimo con el que Británico Julio Quesada se hizo conocer en la literatura panameña.
Aquellas experiencias que plasmó en los cuadernos que usaba en sus años de estudiante de escuela secundaria, se conviertirían en novelas de ficción, eventos creados para entretener y pensar, poniendo de relieve su faceta intelectual más profunda.
Con Fígaro, el producto de ese intelecto se transformó en «La Isla Camila», su primera novela en el año 2019. Al año siguiente, su pluma fecunda produjo «El Exorcista de Vacamonte» y «El Trébol de la Muerte».
Su fecundo raciocinio y talento continuó creciendo, produciendo nuevos escritos, como: «El Laberinto de Santiago», «La Casa Pifiosa», «La Madrastra Sexi», «El Exorcista de Vacamonte II», «Arrechura Mortal» y «La Bruja de Poás».
Su otro gran talento era la cocina, asados de manera preferencial. «En cada reunión que voy, termino en la cocina, ayudando o agarrando calor», dijo en una entrevista que concedió al sitio blog «Lo bueno se dice».
Británico Julio Quesada fue de verdaderos los reporteros de la calle, aquellos que se formaron después de la caída de la dictadura de Manuel Antonio Noriega. Fue de los periodistas que buscó la información veraz, de los que tomaron sol, desafiaron la lluvia y esperaron horas para lograr una entrevista importante, o durante una cobertura de grandes proporciones.
Con Fígaro, desarrolló todo lo aprendido en esos años como reportero, y puso de relieve lo que atesoró en su juventud. Británico Quesada y Fígaro Ábrego fueron únicos e indisolubles. Descansa en paz hermano.