BlackRock Inc., la empresa que le dio a Trump lo que quería de Panamá

El contrato de CK Hutchinson fue demandado en la Corte Suprema de Justicia, por inconstitucional.
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BlackRock Inc. adquirió este martes todos los puertos del conglomerado CK Hutchinson Port Holdings Ltd (HPH). Eso incluye las terminales portuarias de Balboa y Cristóbal, cercanos al Canal de Panamá.

Los constantes señalamientos del presidente estadounidense Donald Trump, acerca de la presencia china en la vía acuática, parecen haber acelerado la transacción, aunque Frank Sixt, de HPH, aseguró que esto no tiene ninguna relación con las noticias políticas recientes sobre los puertos de Panamá.

¿Quién es BlackRock?

Con la ayuda de la inteligencia artificial, hemos podido averiguar más de los nuevos propietarios de los puertos de Balboa y Cristóbal, a partir de la oficialización de su compra.

BlackRock fue fundada en 1988 en Nueva York por un grupo de ocho financistas liderados por Laurence «Larry» Fink, quien hoy sigue siendo su director ejecutivo.

Entre los cofundadores de BlackRock se encuentran: Robert S. Kapito, Susan Wagner y Barbara Novick. Estos tres empresarios, junto con Fink, compartían la visión de transformar la gestión de activos, a través de un enfoque basado en la gestión de riesgos, algo novedoso por aquellos años.

En principio, la empresa operaba como una división de Blackstone Group, la cual estaba enfocada en la gestión de riesgos empresariales y activos de renta fija para clientes institucionales.

Pero, en 1994, BlackRock decidió separarse del grupo, luego de serios desacuerdos estratégicos con Blackstone. Entonces, Larry Fink asume el liderazgo de la nueva entidad, conocida en adelante como BlackRock Inc.

El punto de inflexión ocurrió en 1999, cuando BlackRock decide convertirse en una empresa pública, con una oferta inicial en la Bolsa de Nueva York (NYSE: BLK) a 14 dólares por acción. Logró gestionar nada más hacer público el costo de sus acciones unos 165 millones de dólares.

Crece y crece

BlackRock continuó su rápido crecimiento, mismo que consolidó con adquisiciones estratégicas, como la compra de Merrill Lynch Investment Management en 2006 y, especialmente, la adquisición de Barclays Global Investors (BGI) en 2009.

Esta última operación catapultó a BlackRock al primer lugar mundial en gestión de activos, con una presencia en 70 oficinas en 30 países y clientes en más de 100 naciones.

De acuerdo con estimaciones económicas, en apenas dos meses del año 2025, BlackRock está administrando 11.5 billones de dólares en activos, superando el PIB de muchos países.

Altamente influyente

La influencia política y económica de BlackRock en Estados Unidos, a partir del desarrollo de sus inversiones, es muy notoria, principalmente en aquellos momentos en que ha apoyado la gestión del gobierno de los Estados Unidos

Aladdin (Asset, Liability, Debt and Derivative Investment Network), un software propietario desarrollado en sus primeros años que revolucionó la gestión de portafolios y riesgos, y que es parte de BlackRock, fue clave en la crisis financiera estadounidense de 2008.

La empresa fue utilizada por el gobierno de EE.UU. y además por los grandes bancos estadounidenses, para analizar «activos tóxicos»; es decir, inversiones financieras de baja calidad, que tienen un alto riesgo y es poco probable que recuperen su valor. 

El trabajo de BlackRock Inc., a través de Aladdin, consolidó la reputación de la empresa, como un aliado indispensable para el gobierno de los Estados Unidos, en tiempos de incertidumbre económica.

El «Big Three»

El grupo accionista de BlackRock es tan variado como económicamente sólido, está mayoritariamente en manos de inversores institucionales, quienes poseen más del 80% de sus acciones.

Entre estos, se encuentran Bank Of America, Morgan Stanley y Tamaseck Holding, un fondo soberano de Singapur.

Esta estructura de propiedad, por otra parte, refleja la interconexión del sector financiero estadounidense en una sola empresa.

Vanguard, BlackRock y State Street, conocidos como los «Big Three», dominan el mercado de fondos indexados y a menudo, son accionistas mutuos, lo que ha generado debates sobre concentración de poder y «propiedad común» en empresas competidoras.

Controversias

BlackRock ha tenido sus momentos donde ha sido fuertemente criticada por sus acciones.

En 2008, cuando el gobierno estadounidense le encargó la gestión de activos problemáticos, The Economist le impuso el apodo «El banco en la sombra», en numerosas publicaciones acerca del «exclusivo manejo» de los llamados «activos tóxicos».

En 2020, la Reserva Federal de Estados Unidos le encargó la administración de gran parte de los programas de estímulo por la pandemia del covid-19, manejando miles de millones en bonos corporativos.

También se le ha señalado por su displicencia y falta de compromiso en el manejo medioambiental, al ser accionista mayoritario de casi todas las grandes empresas petroleras y de 7 de los 10 mayores productores de carbón en el mundo.

Otra controversia surgió al ser involucrada con supuestas «teorías conspirativas», como el manejo de las agendas globales sobre el covid-19, y de tener control de medios como Fox News, para divulgar información inconsistente sobre la situación.

Las cosas en contexto

BlackRock hizo la mayor inversión en infraestructura crítica de su historia, al adquirir toda la operación de CK Hutchinson, por unos 22 mil 800 millones de dólares. La documentación definitiva para cerrar la transacción podría completarse a finales de marzo o principios de abril.

No se trata de una simple transacción comercial de compra y venta; en lo político, la venta responde en parte, a las presiones del presidente de EE.UU., Donald Trump, para «reducir la influencia china en la región».

En lo relacionado a Panamá, la compra se amarra con la situación de la empresa First Quantum Minerals (Minera Panamá), de la que BlackRock Inc. es accionista mayoritario, y cuya actividad cesó en noviembre de 2023. Es claro el paso dado por Black Rock Inc. en busca de reactivar la mina, a través de esta inversión.

Lo ocurrido deja claro que BlackRock Inc. es mucho más que una simple gestión de activos.

La adquisición de CK Hutchinson la ratifica es una fuerza que moldea la economía global, la cual va desde Wall Street ahora, hasta los puertos cercanos al Canal de Panamá.

De esta manera refuerza su nueva gran influencia regional, apartando a China de cualquier cosa que tenga que ver con algo cercano al Canal de Panamá. Todo esto plantea algunas preguntas sobre el equilibrio entre intereses comerciales y geopolíticos en un mundo interconectado. Es lo que está por verse.

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