MANUEL ORESTES NIETO: LA PATRIA AMADA DESDE EL MAR

Manuel Orestes Nieto utiliza la poesía como un medio para explorar y reconstruir la evocación histórica de nuestro istmo. Su obra está impregnada de referencias al pasado, a los eventos que han moldeado una identidad nacional y a las luchas del pueblo por construirse, por entender qué es ser panameño.
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Primera Parte

Texto: Manuel Montilla

:

y desde este balcón te veo María Raquel en tu balcón
y como que de pronto vas a llorar
mientras ese enorme camión cruza debajo de tu boca
y tú le dices adiós
llevándote las manos a la cara como de vergüenza
un camión grande Raquel
cargado de sueños a las nueve de la noche
un camión que ruge desapercibido      sin que sepa que tú lo miras»


Cultivo con mucho entusiasmo la mala memoria, por ello no llevo cuentas, deudas, aversiones, rencores, inquinas, ni fechas en el morral. Viajo ligero por la vida, en la certeza de que no hay certezas. Lo demás lo dejo al viento, a la esencia de la rosa y al horizonte contra el mar. Tal vez lo único que convoca, alguna tarde azulgris, mis resquicios de memoria claudicada es algo llamado poesía. Confieso que pocas veces ocurre. Con Borges aprendí la justificación por las páginas leídas. Y la carrera al olvido.

Pienso que podría ser temprano, allá en los iniciales años ochenta, tal vez de mañana en un día caluroso y veraniego, de no ser así hemos de creerlo, tenía la costumbre, las pocas veces que viajaba a la ciudad capital, una urbe poco agradable para mí, visitar de inmediato a ese grande amigo que era Earl Denis Livingston Brown, en su atelier en la conocida Casa del Arte, hoy desaparecida, destruida y olvidada. El día que quiero memorar me deparaba una sorpresa grata. Efusivo el abrazo con el inmenso, de alma y de volumen, Earl, este pasa a presentarme a un visitante que estaba en conversa con él antes de mi llegada.

Desde inicios de este deambular por los caminos me acompañó la lectura como bálsamo, acicate y asombro. No es pues sorpresa que mi libro de cabecera ha sido, de siempre, ese clásico demasiado manoseado de Hemingway, «El viejo y el mar», ni que decir que acompañado por «La antología personal» del maestro ciego del Sur, Borges. En los setenta se había sumado, al talego, un volumen delgado de un bardo panameño que no conocía, pero que me descubrió a María Raquel y a una tropa de letras deslumbrantes: «Reconstrucción de los hechos».

Volvamos al estudio de Earl Denis, cuando este muy efusivo me señala a su visitante y me dice ―Te presento al poeta Manuel Orestes Nieto. No sé si el poeta lo recuerde, ni idea de qué fue el rumbo de la plática. Amena, cordial e intrascendente de seguro. No está en mi memoria haber mencionado al aeda mi fervor por su libro. Nuestros pasos siguieron las rutas divergentes trazadas por deidades poco memoriosas. El poeta continuó escribiendo, cosa natural en los poetas, y brindándonos libros memorables. He podido leer casi toda su obra, y atesorarla en mi propia biblioteca circular. No obstante, he de testificar que «Reconstrucción de los hechos» continua en un sitio especial de la alforja que me acompaña por los senderos en tránsito.

Manuel Orestes Nieto utiliza la poesía como un medio para explorar y reconstruir la evocación histórica de nuestro istmo. Su obra está impregnada de referencias al pasado, a los eventos que han moldeado una identidad nacional y a las luchas del pueblo por construirse, por entender qué es ser panameño. A través de sus versos, rescata y perpetúa la memoria colectiva, haciendo que el lector se conecte con la historia y la cultura de un país cálido y transido de huellas que no volverán.

Bordada a los océanos

donde la espuma hace deslizar

los cristales de las arenas y los sueños

con su continuo gotear de preguntas

olorosa a las anchas tardes

de sus nubes robustas y grises

como oráculos de lluvias puntuales

la patria ha sido una mujer entera

sin necesidad de maquillaje

mirando la claridad

y resistiendo la embestida

que no pudo derrumbar su casa»

Se ha anotado, con sapiencia, que en «Panamá en la memoria de los mares», el poeta personifica a la nación panameña como una mujer que ha resistido el paso del tiempo y las adversidades. Esta metáfora de la patria como una mujer de fuerza y resiliencia es recurrente en su obra, y enfatiza la importancia de la memoria histórica en la construcción de la identidad nacional.

Manuel Orestes aborda, de igual, la memoria a través de la crónica de eventos históricos significativos. Su poesía narra hechos como la construcción de la vía que une los mares, las luchas sociales y políticas, y la influencia de diversas culturas en la formación de la nación. Al hacerlo, no solo documenta la historia, sino que también reflexiona sobre sus implicaciones y sobre cómo estos eventos han moldeado el presente y el futuro de esta nación en construcción.

La poesía, de nuestro bardo, sirve como un espacio de denuncia y reflexión sobre las injusticias y las desigualdades que han marcado la historia nacional. A través de su poesía, no solo recuerda los eventos históricos, sino que también llama a la acción y a la búsqueda de un futuro de mayor justicia y una sociedad equitativa.

La memoria histórica en la obra de Manuel Orestes no es simplemente un recordatorio del pasado, sino una herramienta para entender el presente y proyectar un futuro más conectado a lo humano. Su poesía invita a reflexionar sobre la importancia del recuerdo activo en la cimentación de la identidad y la nación, y a reconocer que la historia y la cultura son fundamentales para el desarrollo de un conglomerado consciente de sus potenciales y de sus alternativas.

Manuel Orestes Nieto ha marcado una influencia significativa en la literatura panameña, tanto por la calidad de su obra poética como por su compromiso con la identidad y la historia. Ha sido un defensor a ultranza de la consciencia del ser a través de las letras. Es un poeta innovador, explorando nuevas formas y temas concatenados a su obra. Su capacidad para combinar la crónica histórica con la poesía lírica ha sido particularmente influyente, permitiendo a otros escritores experimentar con diferentes estilos y enfoques. Su voz poética es una herramienta poderosa para la reflexión y la acción social en Panamá.

Manuel Orestes Nieto rubrica una huella indeleble en la literatura panameña, no solo por la calidad de su obra, sino también por su dedicación a la arquitectura de una filiación nacional y su compromiso con la justicia integral. Su influencia nutre la obra y derrotero de muchos escritores actuales y marca rutas en la evolución de la literatura canalera en general.

sólo pedíamos un poco de pan para nuestros cuerpos

algo pequeño para envenenar la tristeza

una mano para aferrarnos

y nos diste posada cada noche

y encendiste el fuego

y dispusiste la cena

y te nombramos María.»

Continúa el próximo lunes…

15 de febrero de 2025.

David, Chiriquí, Panamá.

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