“EL CAMINO Y EL TIEMPO LO INDICA EL SEÑOR.”
El maestro de las Artes Contemporánea ARISTIDES UREÑA RAMOS
Presenta a:
Karina Nicholson
La arquitecta y pintora Karina Nicholson, es con quien mantuvimos un ameno coloquio, gracias a TUN TÚN CONTENEDOR CONTEMPORANEO que nos permite apreciar la vida y obra de Karina en este segundo lunes del mes de febrero del 2025. Un mes ferviente de tantas iniciativas culturales e interesantes exposiciones de Arte.
LA ESCENA EN MI TALLER
Karina llega a mi taller, esta tarde de un sol brillante, junto a su esposo Alan y a su hermosa hija menor Marian… contentos Patricia y yo de recibirlos.
Apenas superado el umbral de mi taller, fue de inmediato un hermoso dialogo acogedor, muy enriquecedor que nos permitió conocer los avances de la obra de esta extraordinaria pintora panameña.
Desde los ventanales del taller, los rayos de luz atraviesan coqueteando con el ambiente, bañando las figuras ahí sentadas con calidez… y ¡Dios Santo! ¿Quién sabrá los motivos del porque la luz de las tardes panameñas en los meses de febreros capturan tanta belleza?
Patricia,mi esposa, se sienta con Alan a conversar, Karina se acomoda en la mesa de trabajo pronta para la entrevista y Marian se entretiene con hojas para dibujar, lápices de cera multicolores y el celular de su mamá con un juego para niños.
Les confieso que, en mi mente, esta escena aquí descrita ya la había visto pintada en algunos cuadros cuyo autor mi memoria hace fatiga para recordar.. Y desconozco los motivos que me hacen a pensar que se parecen a algunas obras que he visto de los primeros momentos en que Karina Nicholson iniciaba a pintar.
A veces nos sucede que, el grande juego de lo enigmático, de la memoria y los recuerdos son difíciles de ordenar, por eso se crean situaciones que al parecer hemos vivido sin tener la certeza de su veracidad.
Es allí (tal vez) el territorio donde muchos artistas logran colocar sus obras, creando un hilo conductor que nos permiten recorrer sus agradables senderos artísticos.
EI OASIS DE PAZ
Karina Nicholson nace en Panamá en el 1975, donde estudió su secundaria y universidad. Desde pequeña fue atraída por el dibujo y las ganas de pintar al óleo. Apenas tenía la oportunidad, compraba libros de arte de los cuales copiaba las imágenes que más le atraían la atención. Pero sus padres, preocupados por el futuro de su hija, la incitan a que estudie en la Facultad de Arquitectura de la universidad de Panamá para que tuviera una profesión que la hiciera superar las dificultades que conllevan la vida real.
Karina entra a la facultad y se gradúa de arquitectura, trabajando por 20 años como arquitecta de interiores y remodelación…. para (después) pasar a dedicarse por completo a la pintura profesional.
Mas no deja de recordar que cada vez, desde su niñez, que diseñaba, dibujaba y coloreaba, sentía dentro de sí un oasis de felicidad, sensación que nunca fue pasajera, más bien crecía en su interior sobre todo en los momentos más difíciles de su vida.

EL ENMARCADOR MÁGICO
Los ojos se llenan de alegría y una sonrisa de felicidad se esculpe en la cara de Karina pasando a decirnos que:
“Ese día, tenía que enmarcar algunos trabajos de arquitectura y fui al Taller de Enmarcados del señor Félix Martínez, y él muy amable me hizo ver en vivo, las obras de maestros y pintores panameños famosos. Me dio una catedra muy rica de detalles que me emocionaron y marcaron para toda la vida”
Es así como los simples encuentros cotidianos, se trasforman en estímulos que la van ayudando a comprender que dentro de sí vive una pintora que exige ser ayudada.
Estudia 2 años y medio con Iván Delgado, hace cursos de pintura online con el argentino Ricardo Celma, como también con Alejandro Rosemberg, pero es una colega pintora y restauradora panameña quien no solo la ayuda, le sirve de apoyo emocional y la motiva a continuar en la lucha, dice Karina:
“Alessandra Rosas es la que nos estimula y ayuda a muchas pintoras mujeres en Panamá, a la que le debemos mucho… tengo un gran aprecio hacia ella por estar siempre presente.”

EL TIEMPO Y LOS SENDEROS
Existe un misterio que nos acompaña en nuestra vida y que resulta más fuerte para aquellos que en su vida son acompañados por una grande fe por lo divino. «Los tiempos lo decide El Señor» por eso debemos estar siempre bien preparados para cuando somos llamados a nuestro actuar… y cumplir a cabalidad.
Aquellos duros retos, las solitarias angustias, las dolorosas espinas enclavadas al centro del corazón, son pruebas que tratan de retarnos y empujarnos a desconocidos abismos, pero para muchos de nosotros, son tan solo pruebas que nos permiten aprender de nuestras fragilidades, haciéndonos más fuertes y colmos de sensibilidad positiva… guías que nos donan serenidad y tranquilidad.
LA NUBE QUE ROZA LA MONTAÑA
Es Alan (el esposo de Karina) el punto donde gira el universo, en tiempos cuando las oscuras tempestades empujan las nubes que rozan las montañas.
David, Diego, Daniel y Marian son los hijos que forman el mundo personal de Karina Nicholson, familia que emana fuerza y energía para seguir construyendo su entorno de vida y paz para crear obras hermosas.

EL HOMBRE DEL TURBANTE ROJO.
Quienes hemos seguido la evolución de la pintura de Karina Nicholson, vemos el cambio que está realizando esta pintora, una constante preocupación por experimentar nuevos territorios, su necesidad de encontrar en su taller aquel espacio donde meditar, construir sus íntimas intuiciones.
De esta preocupación nace la obra presentada en la subasta Oír es Vivir, tomando el famoso cuadro de Gian Van Eyck, hombre con turbante rojo, interpretando esa obra con profunda ingenuidad, desacralizando el contenido original, para devolvernos una obra construida en territorios oníricos, cargada de sencilla naturalidad.

En este momento de su trabajo, Karina desmonta las enseñanzas de la visión realística típica del aprendizaje de la buena pintura clásica, para adentrarse en aquella búsqueda personal, que ha premiado a muchos artistas con un lenguaje propio.
Estas obras presentadas en la colectiva ARCADIA y su ultima exposición en febrero del 2024 en la galería Juan Manuel Cedeño titulada ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA, son testimonio indiscutible de ese salto sagaz que Karina está cumpliendo. Esperamos lo que nos tiene guardado para el próximo mes de mayo en la galería del Banco Nacional de Panamá.
REFLEXIONES A MANERA DE CIERRE
Un talento se alimenta de la sed incompresible de aprendizaje, una inquietud por experimentar y sobre todo, por poniendo en juego sus certezas, pues el artista es aquel que ve y sueña cosas que los demás no logran ver… y se atreven a realizarlas.
Karina Nicholson nació con una exigencia de naturaleza creativa, un don por captar los oscuros mensajes que los equilibrios estéticos nos envían y que muchos deben estudiar para reconocerlos.
Ese don creativo, viene desde lo profundo del ADN, siendo un regalo sagrado y por eso irrenunciable porque es de naturaleza divina. El acto pictórico es entrar en comunión con todo lo creado e irreconocible.
Son las experiencias de la vida, las que dan esos necesarios conocimientos, para que nuestras acciones se carguen de iluminadas posibilidades que son necesarias para una completa maestría dentro de las Artes.
Creo que somos muchos los que seguimos el crecimiento de Karina Nicholson, acompañándola en sus propuestas para compartir la alegría de cada una de sus presentaciones.
Gracias Karina por compartir tus intimidades con nosotros y los esperamos el próximo lunes en TUN TÚN CONTENDOR CONTEMPORANEO.
