Por John A Bennett Novey
Entre el comunismo y el capitalismo está la economía mixta que pretende evitar los extremos de ambos sistemas; lo cual, para mí, no tiene sentido, ya que la verdadera filosofía capitalista evita el extremo de la derecha que es la anarquía y, ni hablar, el extremo de la izquierda, que es el totalitarismo en todas sus gamas. El auténtico capitalismo rechaza la anarquía y propone un gobierno limitado a las funciones que son propias y sanas en la conducción de lo económico que es el mercado. No he encontrado mejor forma de definir la izquierda y la derecha que con el siguiente diagrama:
Verán a los Estados Unidos, Panamá y tal a la izquierda del centro, ya que el tamaño de sus gobiernos y su involucración en los asuntos propios de la comunidad no corresponden con el capitalismo y, ni siquiera, con el centrismo. Por su lado, el socialismo es algo así como una mujer levemente preñada; es decir, que no existe tal cosa. Los caminos del socialismo conducen al comunismo.
Tristemente, hoy día la mayoría de países se han ubicado disque en el centro de la carretera; es decir, ni con la izquierda ni la derecha, sino todo lo contrario; lo cual es quijotesco. Y qué curioso que los países más libres son los más prósperos, con menos pobres. El otro engaño es lo que llaman “economías mixtas” , tal como: Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Francia, Canadá y otras, no son más que candongada. Decir o pensar que la mixta ofrece lo mejor de ambas tendencias, es llevarse a engaño, pues no existe tal cosa como una “economía mixta”; ya que la economía del mercado y la socialista son mutuamente excluyentes, pues que no son ni chicha ni limonada.
El socialismo y todas sus variantes, incluyendo supuesta economía mixta, tal como tenemos en Panamá, no pasa de ser intervencionismo y si a estas alturas los panameños no entendemos lo que es intervencionismo… ¡estamos fritos! No hay acomodo entre la izquierda y la derecha; tal como tampoco lo hay entre el bien y el mal. O tenemos la libertad que nos fue legada en Creación para hacer el bien, o para andar mal. Y sí, fuimos creados para andar bien o mal, y vaya si nos gusta andar mal.
Intervención es el salario mínimo, es el MEDUCA, el IDAAN, el descuento a jubilados, el transporte gubernamental y todas las instituciones gubernamentales que se entrometen en la actividad del mercado; quitando a los ciudadanos el actuar en lo suyo. Detrás de todo ello no hay más que el odio, la envidia y el miedo a la libertad o amor a la esclavitud; e inclinación enfermiza a la pobreza.
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Escribí un libro sobre los males de la educación centralizada, como la del MEDUCA y hoy escuché que Trump quiere eliminar el MEDUCA gringo y regresar la educación a los estados. La razón que aduce es simple: el 70% de los alumnos del Departamento de Educación gringo no saben leer, escribir, como tampoco matemáticas; y si en Estados Unidos llueve, acá no escampa.
La libertad, que es capitalismo, tiene grandes problemas ya que la vida los tiene, tal como las enfermedades y el sufrimiento; y ni la izquierda ni la derecha nos salva de eso. El problema es que si los gobiernos siguen de regalones y no aprendemos a pescar, los problemas irán en aumento y terminaremos a la Cuba o Venezuela. Al menos, sin tantos metiches gubernamentales las metidas de patas serán nuestras; tendremos que aprender a pescar y, cometiendo errores y aciertos, aprenderemos a pescar.