Con altura

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Festejar el Carnaval es como una religión en Panamá. Desde hoy empieza la adrenalina a recorrer los cuerpos de hombres y mujeres que, año tras año, esperan estos cuatro días de asueto para dar rienda suelta a su diversión. Pero no todo se vale. Y es que no hay que darle paso a la vulgaridad y la chabacanería para hacer la fiesta. Hagamos como antaño, cuando la diversión estaba, pero sin actos bochornosos y vulgares. Esa pelea que se produjo con la preparación de los carnavales en Los Santos es un ejemplo de lo que no se debe hacer. No, eso no es lo que se quiere. Y el llamado es también para los que difunden y comparten estos actos bochornosos, con un vocabulario soez que afecta el orden y la paz social. Esos malos ejemplos se hacen virales y es lo que ven nuestros niños, a quienes debemos proteger. Hagamos que estos carnavales sean una fiesta importante y que la gente buena retome esas festividades como una expresión de alegría, felicidad y de altura y no como un espacio para darle espacio a malos ejemplos. ¡Así de simple!

Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo

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