La historia confirma que los dictadores siempre terminan o muertos o presos. Es la lógica del final de Maduro y Cabello en Venezuela. Hoy, cuando Maduro pretenda posicionarse nuevamente como presidente del país, inmediatamente firma su sentencia. Ya perdió unas elecciones por abrumadora mayoría, lo que significa que el pueblo no está con él. Su atornillamiento es por los militares. La pregunta es ¿hasta cuándo lo sostendrán? El régimen no cuenta con el respaldo de su mejor aliado colombiano, Gustavo Petro; y el presidente de Brasil, Lula da Silva, lo ve de reojo y no lo quiere cerca. La líder opositora María Corina fue detenida ayer y aunque fue liberada unas horas más tarde, denota su firmeza y determinación por sacar al régimen del poder. Sin duda, la acción de María Corina empuja el ánimo de un pueblo que ya empezaba a decepcionarse. Y esa acción de María Corina, que levanta las pasiones, puede contagiar ese entusiasmo a los militares para que finalmente inclinen la balanza. Hoy es un día que nos puede sorprender. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo