La alegría de las celebraciones de Año Nuevo en Nueva Orleans se convirtió en tragedia durante las primeras horas del 1 de enero de 2025. Una camioneta Ford F-150 irrumpió a gran velocidad en la famosa Bourbon Street, dejando al menos 10 muertos y 35 heridos. El incidente, que las autoridades han calificado como un ataque intencionado, ha conmocionado a la ciudad y generado confusión sobre las motivaciones del perpetrador.
El desarrollo del ataque
El suceso ocurrió alrededor de las 3:15 de la madrugada en el histórico Barrio Francés, uno de los puntos más concurridos de la ciudad durante las celebraciones. La camioneta blanca superó las barreras de protección instaladas en la zona y atropelló a decenas de personas. Posteriormente, el conductor abrió fuego contra los agentes de policía, quienes respondieron al ataque. El enfrentamiento terminó con la muerte del atacante.
Según Anne Kirkpatrick, superintendente de policía de Nueva Orleans, el autor del ataque actuó de manera «muy intencionada», intentando causar el mayor daño posible. En el lugar se encontraron dispositivos explosivos improvisados, cuya viabilidad está siendo investigada por el FBI.
Lo que se sabe sobre el atacante
El atacante, cuya identidad no ha sido revelada oficialmente, era un hombre de 42 años originario de Houston, Texas. Según información preliminar, el vehículo utilizado en el ataque estaba registrado a su nombre, aunque las autoridades están investigando si actuó solo o si recibió apoyo de terceros. Fuentes policiales confirmaron que el hombre había alquilado la camioneta a través de una aplicación de coche compartido en noviembre.
El FBI ha destacado que el atacante mostraba un comportamiento «muy planificado». Aunque no se ha determinado un motivo claro, el hallazgo de explosivos en el vehículo refuerza la hipótesis de que el incidente pudo estar vinculado a una acción terrorista. Investigaciones adicionales apuntan a que el autor del ataque pudo haber cruzado recientemente la frontera con México, pero las circunstancias exactas están bajo revisión.
Confusión sobre las motivaciones
Mientras la alcaldesa LaToya Cantrell calificó el ataque como un acto terrorista, el FBI inicialmente mostró cautela al describirlo. Posteriormente confirmó que la investigación se realiza bajo esa hipótesis. Este contraste en las declaraciones ha generado incertidumbre entre los residentes y medios de comunicación.
El presidente Joe Biden expresó su solidaridad con las víctimas y aseguró que la ayuda federal estará disponible para apoyar la investigación. Por otro lado, declaraciones del expresidente Donald Trump insinuaron que el atacante podría ser extranjero, vinculando el suceso a debates sobre inmigración.
Testimonios desgarradores
Los testigos describieron escenas de horror. Kevin García, de 22 años, relató: “Lo único que vi fue una camioneta arrollando a todo el mundo. Vi un cuerpo volando hacia mí”. Otros presentes mencionaron cómo el caos reinó en las calles, con personas corriendo para resguardarse.
Jim y Nicole Mowrer, turistas de Iowa, narraron cómo intentaron asistir a las víctimas, pero muchos ya habían fallecido. “La escena era dantesca”, afirmaron.
El curso de las investigaciones
El FBI, en colaboración con la ATF y la División de Seguridad Nacional, lidera las investigaciones. Las primeras indagaciones apuntan a que el atacante pudo haber actuado motivado por ideologías extremistas, pero esto aún no ha sido confirmado. Los dispositivos explosivos encontrados en la camioneta están siendo analizados para determinar su capacidad destructiva.
Las autoridades también investigan si el autor del ataque tenía antecedentes criminales o afiliaciones con grupos extremistas. En paralelo, la policía local está revisando cámaras de seguridad y recabando declaraciones de testigos para reconstruir el curso exacto de los eventos.
Impacto en la ciudad
El ataque ocurrió horas antes del Sugar Bowl, un evento deportivo de gran relevancia, lo que aumentó la afluencia de personas en el área. La seguridad en la ciudad se ha intensificado, y el Barrio Francés, un emblema turístico, se encuentra bajo estricta vigilancia.
Las autoridades también enfrentan críticas por la insuficiente protección en las zonas más concurridas. Testigos aseguraron que las barricadas presentes eran plásticas y fácilmente desplazables, en contraste con las nuevas medidas de seguridad previstas que no se habían completado.
El ataque en Nueva Orleans ha dejado una cicatriz profunda en la ciudad y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad en eventos multitudinarios. Mientras la investigación continúa, los residentes y turistas enfrentan una mezcla de dolor, confusión y temor.
El incidente, que se ha convertido en el más mortífero de su tipo en Estados Unidos, plantea interrogantes sobre la seguridad en eventos públicos y la necesidad de medidas preventivas más eficaces. Las voces de las víctimas y testigos serán recordatorios constantes de una tragedia que marcó el inicio del año de manera devastadora.