Desde los 90 llevamos invirtiendo millones de dólares en la lucha contra la pobreza y los resultados son pírricos. ¿Cuál es la razón? Quizás la explicación más sencilla sobre este problema la dio el presidente Bukele, en El Salvador, con la cantidad de agrupaciones, organizaciones y cuanto gremio existiera, que vivían a costa de la inseguridad del país. Es decir, que necesitaban de la violencia en El Salvador para existir. Lo conclusión más lógica parece ser la que ocurre acá con la pobreza, porque los millones invertidos no parecen sacar a la gente de la pobreza, pero sí hay muchas organizaciones que trabajan con los pobres, pero los resultados son igual de pobres. La estrategia hay que reevaluarla, porque no funciona. Y pasa también con nuestras cárceles que las llenamos de gente a quienes alimentamos a diario, pero la famosa resocialización no funciona. Lo más seguro es que también haya gente viviendo del negocio detrás de los presos. Todos estos asuntos hay que analizarlos y buscar alternativas reales para una solución definitiva. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo