RUBÉN DARÍO: INTERMEZZO TROPICAL

Texto: Manuel Montilla

Ilustraciones: Manuel E. Montilla

+ Red Panda Flux & Photoshop

La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.»


Félix Rubén García Sarmiento, conocido en el ámbito literario como Rubén Darío, es considerado figura cimera en la literatura iberoamericana y del mundo. Nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, Nicaragua (en esta órbita heliocéntrica se cumplen 158 años de tal efeméride), y falleció el 6 de febrero de 1916 en León, Nicaragua. Darío revolucionó la poesía en lengua española y se erige como el principal exponente del modernismo literario. Su obra, marcada por una vasta riqueza estilística y temática, ha dejado una impronta indeleble en la literatura universal.

Rubén Darío muestra inclinaciones literarias desde su infancia. Huérfano de madre a temprana edad, fue criado por su tía materna. Su talento precoz le permite acceder a círculos literarios en su adolescencia, y a los quince años ya ha publicado su primer poema. Darío viaja, muy joven, por diversos países de América Latina y Europa, nutriendo su bagaje cultural, intelectual y literario.

Periplos a países como Chile, Argentina, España y Francia son determinantes para su desarrollo ulterior como poeta y escritor. En París, conoce de cerca los movimientos literarios de la época y se empapa del simbolismo y el parnasianismo, corrientes que influirán en su estro creativo. En España, establece contacto y amistad con escritores de la Generación del 98, quienes reconocen en él a un maestro e innegable renovador de la poesía en lengua española.

La poética de Rubén Darío es reflejo de una mente inquieta y de un espíritu innovador. Su primer gran éxito literario es «Azul…» (1888), una obra que marca el inicio del modernismo en la literatura latinoamericana. Con «Azul…», Darío despliega un lenguaje vibrante y una musicalidad inédita, influenciado por poetas como Paul Verlaine y Théophile Gautier. La obra contiene tanto prosa como poesía, y destaca por su exotismo, sensualidad y riqueza léxica.

Otra obra capital en su producción literaria es «Prosas Profanas» (1896). En esta colección, Darío profundiza en la exploración de temas como el erotismo, la mitología, y la búsqueda de la belleza. El poema «Sonatina», incluido en este libro, es uno de sus textos más emblemáticos, en el cual la musicalidad y el ritmo alcanzan su máximo esplendor.

No obstante, es en «Cantos de vida y esperanza» (1905) donde Darío da muestras de una madurez poética excepcional y una reflexión profunda sobre la existencia y el destino de Hispanoamérica. En esta obra, el poeta aborda temas más graves y trascendentales, y expresa su preocupación por la situación política y social de su tiempo. El poema «A Roosevelt» es un canto de resistencia y afirmación de la identidad latinoamericana frente al imperialismo estadounidense.

¡Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman,

que habría que llegar hasta ti, Cazador!

Primitivo y moderno, sencillo y complicado,

con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.

Eres los Estados Unidos,

eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.»

Además de su producción poética, Rubén Darío deja un legado significativo en el campo del ensayo y la prosa. Sus crónicas y artículos periodísticos, publicados en diversos medios impresos y revistas de América Latina y Europa, ofrecen una visión panorámica de los acontecimientos culturales y políticos de su tiempo.

Entre sus ensayos más destacados se encuentra «Los Raros» (1896), una colección de perfiles de escritores y artistas que Darío admira por su originalidad y genio. En este libro, el autor traza un recorrido por la vida y obra de figuras como Edgar Allan Poe, Walt Whitman y Paul Verlaine, entre otros. A través de estos textos, Darío revela su faceta de crítico literario y su aguda percepción estética.

En «La caravana pasa» (1902), otra de sus obras ensayísticas, Darío aborda temas variados como la literatura, el arte, y la política. Con un estilo ameno y erudito, el autor comparte sus reflexiones sobre la condición humana y el devenir de las naciones hispanoparlantes.

El aporte de Rubén Darío a la literatura iberoamericana y mundial no es calculable. Como máximo exponente del modernismo, Darío introduce una renovación estética y formal que trasciende las fronteras de América Latina y se expande a España y otros países de habla castellana.

El modernismo, con su énfasis en la indagación de la belleza, la experimentación formal, y la exploración de temas universales, encuentra en Darío a su representante más completo y audaz. Su influencia se extiende a los escritores de la llamada Generación del 98 en España, así como a poetas y narradores de generaciones posteriores.

Rubén Darío no solo enriquece el idioma español con su innovación léxica y métrica, sino que también abre nuevas vías de expresión para los escritores de América y del mundo. Su obra es un puente entre diversas tradiciones literarias, y su legado perdura, con vigor, en la poesía contemporánea.

¡Ya viene el cortejo!

¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines,

la espada se anuncia con vivo reflejo;

ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.»

Rubén Darío es, sin lugar a duda, una figura egregia en la historia de la literatura universal. Su vida, marcada por el viaje y la búsqueda incesante de la belleza, se refleja en una obra vasta y polifacética. Desde sus primeros poemas hasta sus ensayos más elaborados, Darío deja una huella inmarcesible en las letras y en la vida. Su legado como poeta modernista no solo transforma la poesía en su tiempo, sino que también sienta las bases para el desarrollo de nuevas corrientes y estilos literarios. La obra de Rubén Darío es un testimonio de la capacidad del ser humano para crear belleza y encontrar sentido en el arte y la literatura. Darío es un faro luminoso en la historia literaria, cuya huella y relevancia perduran hasta nuestros días. Su poesía, su vida y sus escritos siguen inspirando a generaciones de lectores y escritores. Su figura se erige cósmica y trascendente como símbolo de la riqueza cultural y literaria de Nuestra América.

Los áureos sonidos

anuncian el advenimiento

triunfal de la Gloria;

dejando el picacho que guarda sus nidos,

tendiendo sus alas enormes al viento,

los cóndores llegan. ¡Llegó la victoria!»

18 de enero de 2025,

David, Chiriquí, Panamá.

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