Por su parte, el sector oligárquico, pusilánime, mantiene un silencio total por sus intereses económicos y no ha respaldado la forma táctica que el mandatario ha adoptado ante el acoso periodístico.
Después de las declaraciones recientes del señor Donald Trump, un grupo pequeño relativamente de clase media, educado, con formación y consciente de las luchas del pueblo panameño para erradicar un pacto perpetuo impuesto por los señores del norte, han encendido el fuego de la discordia, promoviendo la integración nacional en beneficio de la salvaguarda de nuestro territorio.
Nos asombra que algunos negociadores que integraron ese equipo, organizado por el comandante Omar Torrijos, no han emitido ninguna declaración. Hoy, aquellos que observaron esa negociación con el equipo de Estados Unidos, quizás por su sapiencia eligen permanecer callados ante los acontecimientos presentes. Igualmente, los militares que integraron la estructura de mando y que todavía subsisten y han participado en el proceso, deben realizar algún pronunciamiento reflexivo.
Por su parte, el sector oligárquico, pusilánime, mantiene un silencio total por sus intereses económicos y no ha respaldado la forma táctica que el mandatario ha adoptado ante el acoso periodístico. El mandatario ha actuado con respeto, tacto y cautela ante este escenario imprudente de un dignatario de una gran potencia, que se comporta con narcisismo político.
Además, se puede destacar que un segmento del grupo social más afectado y excluido experimenta insatisfacción, descontento y desconfianza frente al problema de corrupción que impacta a nuestra nación. Por lo tanto, este problema obstaculiza que los recursos se distribuyan o lleguen al individuo más vulnerable para potenciar su calidad de vida y coexistencia social. Así, pues, es el instante para realizar ese cambio de timón en la dirección adecuada. para obtener su respaldo en contra de la doctrina de Trump.
A raíz de esta acción notamos la importancia de cómo las relaciones diplomáticas posibilitan a las naciones solucionar sus disputas sin recurrir a la fuerza, ni emplear violencia ni humillar a naciones
Tras los sucesos ocasionados por el futuro mandatario de Estados Unidos, resalta la importancia de lo que el general Torrijos consiguió al negociar con una nación en ese entonces, con más de 211 millones 349.205 personas. Sin embargo, un millón 646 mil 580 personas, logró llegar a un acuerdo con ese coloso del norte sin derramar una gota de sangre, aunque siempre preservando un plan b, por parte de Torrijos.
Es justo reconocer la relación entre el general Torrijos y el presidente Jimmy Carter (q.e.p.d.), por lo que relato uno de los sucesos de dicha relación que pasó en 1973. “Los cubanos detuvieron dos embarcaciones de bandera panameña, pero con tripulación de Estados Unidos”. Por lo que el mandatario Carter le pidió al comandante Omar que intercediera por dicha tripulación, dado que el barco portaba bandera de Panamá.
El general Torrijos estableció comunicación con el comandante Fidel Castro y autorizó la visita de una delegación a la isla para dialogar acerca de los problemas de los barcos atrapados en las aguas de la Isla de Cuba. Utilizamos el Derecho Colaborativo, logramos solucionar estos conflictos de forma pacífica y amigable. El Derecho Colaborativo se fundamenta en la negociación basada en intereses, con el objetivo de que todas las partes cumplan con sus necesidades.
A raíz de esta acción notamos la importancia de cómo las relaciones diplomáticas posibilitan a las naciones solucionar sus disputas sin recurrir a la fuerza, ni emplear violencia ni humillar a naciones: «artículo 33 de la carta de las Naciones Unidas». Carter valoró esto, ya que ayudó a salvar a una tripulación norteamericana que contaba con una familia que los esperaba en su hogar.
Posteriormente de esa participación del gobierno de Panamá, se llevó a cabo la reunión del Consejo de Seguridad del 15 al 19 de marzo de 1973, que culminó con la declaración del canciller Juan Antonio Tack. Los Estados Unidos vetó a Panamá y el mundo entero vetó a Estados Unidos, un acto que jamás se ha repetido en nuestra nación, ni otra parte del mundo.