Los panameños tenemos que hacer mea culpa. Y es que luchamos por la soberanía plena, luchamos por destetarnos de la dictadura, para luego caer en la trampa de la «democracia» que hizo ricos a unos cuantos, pero los más pobres siguieron igual o peor. Es nuestra triste realidad: la educación ha empeorado, la salud ha empeorado, la seguridad ha empeorado… Ahora hacemos llamados de patriotismo y nos quedamos esperando porque la gente no reacciona. Llevamos tres décadas con períodos de crecimiento, pero sin desarrollo, lo que indica que hemos vivido en una burbuja a punto de reventar. Necesitamos hacer mea culpa y revaluar nuestra estrategia. La pregunta es ¿cómo? La desconfianza nos arrincona y la división no permite que haya unidad. Los liderazgos que asoman son muy pobres y es por ello que urge tomar conciencia de la difícil situación. Necesitamos que los viejos entusiasmen a los jóvenes para que surja el rescate, porque tenemos un país que salvar. El mundo nos mira y es hora de volver a sorprender. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo