Cuando los “subsidios” suben, la economía baja

Por John A Bennett Novey

Mihai Macovei publicó un escrito en el sitio del Instituto Mises intitulado, “La Economía Europea se Ralentiza a Medida que crece el Estado Regalón”. Bueno, esa es mi traducción en paráfrasis; pero bien vale la pena poner atención y paso a contar y comentar.

Macovei es un investigador asociado al instituto Ludwig von Mises en Romania, que en su escrito nos alerta de que los mayores estados regalones o de “welfare” están en la OECD; lo cual debería llamar la atención ya que sus economías van en mengua. Lo primero y principal que tantos no ven o soslayan es que lo aquello que llaman “subsidios” no son tal pues no subsidian; para lo cual debemos entender lo que realmente es un subsidio y, aunque he escrito de más sobre el tema, allí va nuevamente; no sin antes comentar que aunque Macovei usa el vocablo “werlfare” que lo traducen al español como “bienestar”, lo considero una traducción literal torcida, ya que lo que tantos llaman políticas de bienestar en realidad son de malestar.

El principio de subsidiaridad, en la encíclica papal Centésimus Annus:

Una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común.

¿Acaso no vemos en todo ello la realidad? Que lo que llaman subsidio no subsidia, sino todo lo contrario.

Es penoso de más que a estas alturas en nuestro planeta los humanos no hayamos entendido o peor, no le hacemos caso a lo que dice la encíclica Centésimus Annus respecto a lo que es un subsidio; palabra que etimológicamente significa la silla que está debajo o “sub” y “sidium” o silla. Creer que andar regalando cosas desde el entramado típicamente corrupto gubernamental subsidia, es patético, en particular cuando en realidad es todo lo contrario. Es como rescatar a uno que lo mordieron los lobos y aventarlo a las pirañas. Subsidiar no es cosa simple. Puedes subsidiar al prójimo o quien está próximo y lo conoces, pero los políticos no pueden subsidiar a los pobres desde sus oficinas con aire acondicionado.

Y si en Europa llueve, en Panamá no escampa, ya que aquí el confisca, parte y reparte para quedarse con la mejor parte lo hemos elevado al arte del pillaje y de supuesta “inversión”. Más aún, invertimos para aumentar la pobreza. Y lo que digo resalta en lo que dice Macovei:

“El modelo socialista europeo es bastante ineficiente. El gasto desmedido en protección social no se refleja en una reducción de la pobreza”.

Y más curioso es que Macovei cuenta que:

“La asistencia social en los pequeños estados en el centro y el este de Europa, es la mitad que en los del sur, como España, Grecia, Italia y Portugal”.

¿Acaso no vemos en todo ello la realidad? Que lo que llaman subsidio no subsidia, sino todo lo contrario. Pero ¡por supuesto!, que cuando un gobierno de 4 ó 5 años mete una ley de supuesto subsidio, los malos resultados no saldrán a relucir, si es que salen, hasta cuando quien los metió ya no está. Y vean lo siguiente:

“En los países de mayor “bienestar”, los trabajadores con menores ingresos pagan más impuestos para subsidiar a los que no trabajan. En países como Dinamarca, los Países Bajos, Alemania, la mitad más pobre paga más proporcionalmente en impuestos que el 10% de los más ricos; lo cual, distorsiona los incentivos de trabajo y empobrece a todos”.

¿Aprenderemos los panameños o seguiremos los caminos del engaño? Cuando la ayuda no la da el prójimo, buscarla en el gobierno lejano es engaño.

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