La embestida de Trump con la deportación de migrantes y la reacción bravucona de Petro, se puede entender que al presidente gringo hay que lidiarlo como toro bravo. No se trata de irle de frente como lo hizo Petro, porque se termina mal. De un sablazo le subió los impuestos a Colombia y le cerró la oficina consular y los más allegados a Petro tuvieron que sentarlo, darle agua azucarada y hacerlo reaccionar, porque los colombianos tenían mucho más que perder si no aceptaban las condiciones de Estados Unidos. El segundo round es Panamá. Viene el viernes su enviado especial, el secretario de Estado Marco Rubio y nos traerá su cartilla. Aquí tenemos que prepararnos como toreros, porque hay que lidiar con inteligencia. Y es que Panamá puede hasta sacar provecho de este momento crucial: en imagen, en lo económico, en influencia y en estabilidad. En este campo, los israelitas y taiwaneses son campeones. Saben cómo lidiar con estas embestidas y al final reciben mucho cariño. Veremos si funciona nuestra nueva diplomacia. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo