Solidario antisocial y justicia inicua

La metáfora de la Babel en el Libro de Génesis explica los problemas que enfrentamos los humanos al hablar con la finalidad de lograr entendimiento común

Cuando un abogado, profesor universitario, que participa del torbellino debate de nuestra CSS o, o tal vez sea la CIS – Caja de Inseguridad Social – nos sermonea acerca del“verdadero significado de la solidaridad”, según lo plasmó el Papa León XIII en la encíclica Rerum Novarum de 1891, diciendo que es “contraria al naciente capitalismo”; es que no podemos hablar ni entender tales conceptos vertidos en palabras si no somos capaces de ver y entender el verdadero significado de los términos “solidario y justicia”, realidad que nos habla de la parábola de la Babel.

Pero, antes de entrar con la definición de las palabras, vale cuestionar lo que dice el abogado profesor respecto a Rerum Novarum de 1891, el cual he estudiado y buscado lo que dice y que no encuentro. Lo que sí encontré se los copio:

“No es fácil definir los derechos relativos y los deberes mutuos de los ricos y los pobres, del capital y del trabajo. Y el peligro reside en que agitadores astutos intentan aprovechar estas diferencias de opinión para pervertir los juicios de los hombres y provocar la rebelión del pueblo”.

La metáfora de la Babel en el Libro de Génesis explica los problemas que enfrentamos los humanos al hablar con la finalidad de lograr entendimiento común; situación que no sólo ocurre entre idiomas, sino entre personas que teniendo un idioma común dan diversos significados y usos a las mismas palabras. Por ejemplo, los panameños llaman “invierno” al verano o para hablar de “chisme” usan la palabra “bochinche”, que significa “tumulto, barullo, alboroto o asonada”; ¡Meto! De igual manera hay que ver qué quiere decir el profesor abogado con “solidario” y con “justicia”.

La “solidaridad”, es un concepto según el cual los humanos estamos conectados e interdependientes, lo cual crea ciertas responsabilidades entre unos y otros. Pero tal responsabilidad no es un comodín. Somos solidarios con el prójimo, ese que está próximo a nosotros, que le conocemos y podemos apoyar. Tal ocurre con nuestra pareja conyugal, con nuestros hijos, con los vecinos; pero… ¡ojo!, que a medida que la gente se distancia no es fácil o posible ser solidario de la manera que lo podemos ser en familia o con el prójimo o próximo.

En Panamá le quitamos plata al pobre para dizque subsidiar al menos pobre; tal como tantos funcionarios públicos que no funcionan

La justicia social de la iglesia la torcieron lo cual señaló el cardenal Ratzinger; cuando algunos desviados dentro de la misma formularon la visión de la doctrina social o socialista en la teología de liberación comunista. Es diabólico adulterar los términos y usarlos para controlar al hato de ganado pueblerino y para llevarlo al matadero. La solidaridad no la podemos delegar así no más, ya que la misma es un asunto personal indelegable al Estado; salvo de manera de apoyo no interventor.

Y está la “subsidiaridad”, que la iglesia católica nos advierte que una entidad de orden superior no puede hacer por una de orden inferior lo que la de orden inferior puede y deber hacer por cuenta propia. Dicho de manera simple: Si tu hijito se sabe amarrar los zapatos, no se los amarres tú, pues lo conviertes en parásito.

Luego está el término “justicia”, que también solemos torcer hacia bastardos intereses ideológicos. “Justicia” es lo justo o aquello que cabe. Es dar a cada quien lo que es naturalmente suyo; tal como la vida, el pensamiento, la palabra, el derecho a transitar sin tranques en las calles, y el derecho a lo que es propio u, ¡horror!, propiedad privada. Qué justicia tenemos con la “justicia panameña” que parte de una Constitución chueca.

Todo lo anterior nos lleva a los supuestos “peligros del capitalismo”. Pero ¿cómo hablar de capitalismo si no sabemos lo que es. Capitalismo es el uso de nuestro capital, cápita o cabeza, para conducir nuestra vida económica y social. El arroz con mango se da cuando son tantos que buscan delegar a la corrupta clase política nuestra economía, la justicia, la solidaridad, educación, agua, transporte, gas, electricidad, etc. En fin, en Panamá le quitamos plata al pobre para dizque subsidiar al menos pobre; tal como tantos funcionarios públicos que no funcionan

Comparte esta Noticia