El padre Héctor Gallego fue secuestrado el 9 de junio de 1971 durante la dictadura en Panamá
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta reaccionó ante la reapertura de la investigación de la desaparición del padre Héctor Gallego.
Este caso había estado cerrado durante más de 31 años, pero recientes esfuerzos han llevado a su reactivación, en un contexto donde se busca justicia por crímenes del pasado. Los hechos se dan en el norte de Santa Fe, en Veraguas, un 9 de junio del año 1971, cuando el sacerdote desaparece de su residencia de manera forzada y desde la fecha se desconoce su paradero.
Ulloa considera que esto representa una oportunidad trascendental para reafirmar el compromiso con la verdad, la justicia y la memoria histórica.
“Ubicarlo sigue siendo imperante para conocer la verdad y sanar esta herida que sigue abierta para la comunidad, su familia y la Iglesia misma”, dijo monseñor Ulloa.
Asimismo, señaló que la localización de los restos del sacerdote permitirá avanzar en su proceso de beatificación. “Los documentos para su beatificación ya reposan en el Vaticano, pero su desaparición forzada ha impedido que se le reconozca formalmente como testigo de la fe”, añadió.
Considera que “este proceso representa una deuda de la justicia con su memoria y con todas las víctimas de desaparición forzada” durante la dictadura.