Muere Ricky Henderson, el más veloz sobre las almohadillas

OAKLAND, CA - MAY 1: Outfielder Rickey Henderson #24 of the Oakland Athletics holding up third base after stealing it against the New York Yankees during a Major League Baseball game May 1, 1991 at the Oakland-Alameda County Coliseum in Oakland, California. The stolen base was 939 for Henderson breaking the record of 938 held by former St. Louis Cardinal Lou Brock. (Photo by Focus on Sport/Getty Images)

RIcky Henderson, uno de los peloteros más prolíficos en la historia de las Grandes Ligas, falleció este fin de semana, víctima de una neumonía que lo aquejó en los últimos días.

Henderson es la cuarta gran figura de las Ligas Mayores que abandona este mundo en el año 2024; antes, murieron el extraordinario Pete Rose, el cubano Luis Tiant y el mexicano Fernando Valenzuela.

Considerado no solo uno de los mejores peloteros que vistieron el uniforme de algún equipo de las Grandes Ligas; Henderson es también uno de aquellos dejó una huella imborrable en un renglón que ha estado en desuso: robar bases.

Pasó por nueve equipos, en un período de 24 temporadas. Debutó con los Atléticos de Oakland, donde es uno de los símbolos de la organización. También jugó para los Yanquis de Nueva York, Azulejos de Toronto , Mets de Nueva York, Padres de San Diego, Marineros de Seattle, Angelinos de Los Ángeles Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles.

A pesar de no haber tenido precisamente la mejor relación con los medios especializados en el béisbol estadounidense Henderson, a diferencia de otros grandes peloteros, supo ganarse el respeto, más que el aprecio, de los comunicadores. Sus actuaciones sobre el terreno, principalmente con su espectacular brinco desde la primera base hasta la segunda le valió el mote de «Man Of Steal» (el hombre de los robos), una cualidad que le distinguió en su exitosa carrera.

La temporada de 1982 fue la que lo consagró como el pelotero que más almohadillas se estafó en las Ligas Mayores, destruyendo el récord que tenía hasta entonces Lou Brock. Las 130 bases robadas de aquella campaña es la mayor cifra lograda por un pelotero en un solo año. En sus cinco primeras temporadas, robó 427 bases.

Ganó dos Series Mundiales. En 1989, ayudó a los Atléticos de Oakland a barrer en cuatro partidos a los Gigantes de San Francisco, haciendo trizas al campeón de la Liga Nacional, con un equipo donde estaban además el cubano José Canseco, Mark McGwire, Carney Langsford y el estelar Dave Stewart.

En 1993, vistiendo la franela de los Azulejos de Toronto, se impuso a los Filis de Filadelfia, combinando nuevamente sus talentos con Dave Stewart. Formaban parte de aquella novena además: Joe Carter, el puertorriqueño Roberto Alomar, el dominicano Tony Fernández, Paul Molitor y Devon White.

Ricky Henderson robó 1,406 bases, bateó 3,055 imparables, empujó 1,115 carreras, anotó 2,295 y dejó promedio ofensivo de .279; pero más que estas cifras, esa fuerza que impulsaba a sus compañeros fue una de sus características como pelotero. Fue electo al Salón de la Fama de las Grandes Ligas en el año 2009. El 25 de diciembre habría cumplido 66 años.

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