La lectura a Trump

El electo presidente de los Estados Unidos es un negociador férreo. Se caracteriza por ser un hombre duro, tajante y sin reparos a la hora de tomar decisiones. Ya anunció cómo le va a poner freno a México con el paso de migrantes; sentó a Zelensky y le comunicó que la guerra de Ucrania se acaba y el arreglo es que Rusia se queda con los territorios ocupados. Le ha dicho a Europa que pague lo que corresponde a la OTAN o, de lo contrario, Estados Unidos se sale de ese organismo al que no quiere cargar más. Su forma de tomar algo es anticipando una acción más ambiciosa y eso es lo que los panameños tenemos que analizar.

¿Qué quiere Trump con Panamá?, porque el argumento sobre la vía acuática es absurdo. La recuperación de la Zona del Canal fue un hito histórico, en el que un país tan pequeño como Panamá, logró que la potencia más grande del mundo le devolviera todo este territorio sin disparar una bala. Pero al margen de esta «benevolencia» estadounidense, lo cierto es que los generales gringos acantonados en sus bases aquí, salieron a regañadientes. Panamá, para esos militares, era su paraíso. Después de la entrega del Canal, Estados Unidos quiso mantener la base de Howard con el Centro Multimodal Antidrogas que no prosperó. Ahora, las bravuconadas de Trump hay que leerlas como algo más que busca y no es de extrañar que los nostálgicos generales quieran volver a vivir en bases acantonadas en Panamá o que Panamá rompa con China. ¡Así de simple!

Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo

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