Fernán Molinos Delaswsky partió de este mundo terrenal. Luchó con todas sus fuerzas por vencer un cáncer y al final Dios lo ha convocado a su equipo de redacción. Y es que Fernán fue un extraordinario periodista. Mexicano de nacimiento, pero panameño de corazón. Aquí hizo su vida. Vino a Panamá en tiempos de la efervescencia por los tratados canaleros, cuando este pequeño país era el centro de la información mundial. Se vinculó al país como ningún otro y fue echando raíces, formó una familia y cultivó amigos y alumnos, a quienes les enseñó el arte de la palabra a través de la pluma. Fernán tenía una prosa exquisita. Refinada, pero sencilla. Escribió varios libros que dejan su huella de cuán vinculado estuvo en los asuntos nacionales. Trabajó con varios gobiernos, pero también hizo parte de varios medios de comunicación social. Fue un digno representante del periodismo nacional. Fundador del Fórum de Periodistas por la Libertad de Expresión e Información y creador del Premio Nacional de Periodismo y presidente del Instituto Internacional de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa y vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP. Se nos fue Fernán y tras de sí, deja un legado generoso en el periodismo y en los asuntos nacionales. El Señor gana sumándolo a su equipo. A lo mejor lo pone como el redactor de los discursos divinos, como lo hizo en vida con varios presidentes. Hasta luego amigo. Te vamos a extrañar, porque tú dejas una huella que jamás nadie podrá borrar. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo