¿Gobierno para qué?

Es como los árbitros del partido que jamás deben ser jugadores, sino intermediarios que se ocupen de ver que en el partido se cumplen las reglas del juego.

John A. Bennett N. Empresario, piloto y exdirector de Aeronáutica Civil

¿Te parece extraña la pregunta del título? Lástima, pues lo más extraño está en pasar la vida sin preguntar, sin dudar y sin investigar. ¿Para qué es el gobierno o, para qué no es? Y si logras contestar las preguntas, que lo dudo ya que lo más probable jamás te lo han preguntado, entonces sigue la siguiente pregunta: ¿Acaso nuestros gobernantes saben para que están allí? No lo creo.

Sea cual sea el verdadero rol gubernamental, ante todo, debe ser el respeto a los derechos de la persona humana, ya que sin ello no hay gobierno, sino tiranía. El preámbulo de la horrible Constitución de Panamá lee: “Con el fin supremo de… exaltar la dignidad humana…” ¿De veras que eso hacen nuestros gobernantes? A mi entender lo que hacen es harrear al pueblo como si fuesen semovientes. La historia de Panamá es una historia de minorías que usan el poder gubernamental para su propia ventaja. Si no fuese así, no tendríamos una población en donde para muchos los términos: empresario, emprendimiento, privado, capitalismo y más fuesen palabras detestables. Todo ello no es más que no ver y entender que el “mercado” pueda rescatarnos de la pobreza y de la violencia; y la pregunta que se desprende de lo señalado es:

“Si un mercado no intervenido por bastardos intereses es mucho más beneficioso para todos ¿por qué tantos prefieren la intervención y hasta la dictadura?”

Curioso que los países con menor pobreza son los que más propician la libertad del mercado, el emprendimiento y el ¡horror!, capitalismo; es decir, el verdadero capitalismo, lo cual no tenemos en Panamá ni en la mayoría de los países. Y parte del problema es que las mafias gubernamentales se han dedicado a difundir mentiras al decir cosas como “quien vende, el empresario, le saca ventaja al que compra”. Pero no se ponen a pensar que eso sólo sería cierto en una comunidad tan falta de cultura que se dejen sacar ventajas.

¿Te parece extraña la pregunta del título? Lástima, pues lo más extraño está en pasar la vida sin preguntar, sin dudar y sin investigar.

El malandar señalado comienza con el mal uso de la palabra “empresario”. ¡Empresarios somos todos! “Emprender” significa iniciar algo, un camino, un negocio, actividad mercantil o de mercado. En tal sentido, hasta los funcionarios públicos emprenden o usan sus conocimientos, habilidades y, ojalá, su honestidad, para dar un servicio. Visto así, triste los torcidos que vilipendian al emprendedor, dando rienda suelta a sus odios y a sus envidias.

Antes de que el Estado y sus gobiernos puedan proveer servicios, productos y asistencias, estas deben ser creadas por el pueblo, ya que el gobierno no es una fábrica ni una agencia de servicios, tal como dicen ser. Es como los árbitros del partido que jamás deben ser jugadores, sino intermediarios que se ocupen de ver que en el partido se cumplen las reglas del juego.

Más aún, los impuestos que toma el Estado por la vía coercitiva son recursos económicos que se les restan a los productores, los cuales no podrán usarlos para producir más. ¿Cuántos entienden que un Elon Musk apenas usa un 1% de su fortuna para vivir y el 99% para producir? Pero cuando los gobiernos se exceden en tamaño y en actividades, al punto que invaden las actividades que no son propias del gobierno y la gobernanza, ello resta efectividad productiva a la nación.

En fin, los gobiernos del Estado no pueden dar al pueblo nada que la misma población no haya producido con anterioridad, logrando ganancia que luego el gobierno confisca disque para redistribuir; cuando en realidad es con otras finalidades. ¡Lástima que aún no lo vemos y entendemos!

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