El estratega de la revolución sandinista que murió bajo arresto domiciliario
Una Vida Marcada por el Fracaso Guerrillero y el Éxito Estratégico
Humberto Ortega Saavedra, una figura clave en la historia reciente de Nicaragua, falleció el 30 de septiembre de 2024, bajo arresto domiciliario impuesto por su hermano, el presidente Daniel Ortega, y su cuñada, Rosario Murillo. A pesar de ser una de las mentes detrás de la Revolución Sandinista, su vida estuvo marcada por tensiones familiares y su eventual marginación del poder.
Una vida marcada por el fracaso guerrillero y el éxito estratégico
Humberto Ortega tuvo un comienzo accidentado en su carrera guerrillera. De las dos grandes operaciones que dirigió en su juventud, ambas resultaron fallidas. La primera fue en 1967, cuando un comando sandinista fracasó en un intento de asesinar al dictador Anastasio Somoza Debayle. Dos años después, lideró una operación en Alajuela, Costa Rica, para liberar a Carlos Fonseca Amador, el fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que también fracasó estrepitosamente, dejándolo gravemente herido y limitado para el combate.
Sin embargo, estos fracasos no impidieron que Ortega se convirtiera en uno de los arquitectos clave de la estrategia militar del Frente Sandinista. Su habilidad como estratega insurreccional fue fundamental para el éxito de la revolución que derrocó a la dinastía somocista en 1979. A partir de ese momento, lideró el Ejército Popular Sandinista (EPS) y fue una de las figuras más temidas y respetadas en la década siguiente.
Tensiones fraternales: críticas al régimen Ortega-Murillo
Las tensiones entre Humberto y su hermano Daniel se fueron gestando con el tiempo. A pesar de su cercanía, Humberto no ocultaba su descontento con la deriva autoritaria que tomó el régimen de su hermano y su cuñada Rosario Murillo. Sus críticas se intensificaron en los últimos años, cuando afirmó que Daniel Ortega no tenía sucesores aptos y que su liderazgo no sería sostenible sin él. Estas declaraciones, publicadas en una entrevista con Infobae, fueron interpretadas como un ataque directo al plan dinástico que promueve Rosario Murillo.
En respuesta, la pareja presidencial lo aisló, colocándolo bajo una forma de arresto domiciliario de facto desde mayo de 2024. Su crítica final fue un acto de valentía, sabiendo que sus palabras provocarían represalias. Humberto Ortega, al igual que otros líderes históricos del sandinismo, como Hugo Torres Jiménez, murió bajo el cautiverio de su propio hermano.
El declive de un general: muerte en cautiverio
La salud de Humberto Ortega se fue deteriorando a lo largo de los meses de su arresto domiciliario. El 11 de junio de 2024 fue ingresado de urgencia en el Hospital Militar de Managua con síntomas graves de insuficiencia cardíaca, complicados por una infección. A pesar de las advertencias de su familia sobre la necesidad de atención médica especializada, el régimen se mostró indiferente.
El 30 de septiembre de 2024, a las 2:30 a.m., Humberto Ortega falleció tras un paro cardíaco. Aunque su legado como estratega militar es innegable, su final estuvo marcado por el aislamiento, el deterioro físico y la traición de aquellos con quienes compartió la lucha por la liberación de Nicaragua.
Humberto Ortega Saavedra deja una marca indeleble en la historia de Nicaragua como un hombre que, a pesar de sus fracasos en el campo de batalla, fue decisivo en la construcción de un ejército y una estrategia que derrocó a una dictadura. No obstante, su vida estuvo teñida de tragedia, culminando en su arresto domiciliario impuesto por el mismo régimen que ayudó a forjar. Su muerte en cautiverio es un recordatorio de las complejidades y contradicciones de la política nicaragüense, donde los héroes de una época pueden convertirse en enemigos del poder.