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Desafíos del gobierno en los últimos cuatro meses del año
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septiembre 26, 2024

Desafíos del gobierno en los últimos cuatro meses del año

Por: Jaime Alemán Arosemena
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El Presidente Mulino siempre podría construir capital propio durante el ejercicio del poder, pero no será fácil

El gobierno enfrenta su primera gran prueba: una reforma a la CSS tan necesaria como impopular. La cancha está dibujada. Se consultará en septiembre y octubre y se debatirá en sesiones extraordinarias en noviembre y diciembre. Si el país no amanece el primer día del próximo año con una nueva ley en esta materia, se habría fracasado en la primera de las grandes reformas que el país necesita, complicando al gobierno y a la nación para lo que sigue. De más está decir que se le desea la mayor de las suertes.

Para lograr su cometido, el gobierno deberá sortear numerosos desafíos puntuales y aprovechar las ventajas que tiene.

Por lo general no le va bien a los candidatos que triunfan con capital político ajeno. Tan solo hay que pensar en los casos recientes de Iván Duque, Dilma Roussef, Lenín Moreno y Alberto Fernández. El Presidente Mulino siempre podría construir capital propio durante el ejercicio del poder, pero no será fácil. Intentar (como en efecto ha intentado) obtener el respaldo de quien no le votó– y alejarse de quien sí– lo podría dejar en tierra de nadie. La simpatía de uno no debe ser a costa del otro. Exigirá la comprensión de la ciudadanía y el equilibrio de una buena muñeca.

El pueblo panameño votó por el martinellismo. En otras palabras, considera que su líder ha sido excesivamente perseguido y desea verlo libre. La elección fue en parte un referéndum al respecto. Como tal, y es tan solo entendible que así lo desee, el líder aspira obtener su libertad y quedarse en Panamá. Y desea lograrlo rápido. Nadie permanece confinado en una casita con un plan a mediano o largo plazo. La reforma venidera es un escenario ideal para ejercer presión.

La reforma requiere de una mayoría en la Asamblea y la neutralización del gremialismo intransigente. Por lo general, eso implica dádivas. Pero ese no es el estilo del ministro del MEF ni lo que buena parte de la ciudadanía desea. Será difícil cuadrar ese círculo. La impaciencia de los diputados tan solo irá in crescendo y no transarán fácil a favor de una reforma impopular.

Enfrentarse al régimen venezolano en la antesala de una reforma sensible para la izquierda podría terminar siendo un mal cálculo. Panamá de todas formas no tiene el peso regional suficiente como para hacer una gran diferencia en aquella crisis. Por algo tenemos una tradición mediadora. Asumir por gusto una actitud tan confrontativa podría implicar algo parecido a lo que le ocurrió a Iván Duque y a Sebastián Piñera luego de reformas complicadas. Ninguno de los dos se recuperó de las protestas resultantes, ambas con fuerte instigación cubana. Como si no fuese mucho, el Presidente no es bien recordado en la comarca ngobe, situada al costado de un largo tramo de la vía interamericana, cuyo flujo es indispensable para mantener la paz social. El primer aniversario de la protesta minera se dará en este periodo que se avecina.     

Anunciar la pretensión de una constituyente originaria genera ansiedad. Quien sea que ocupe un puesto en algún otro órgano del Estado podría sentirse justificadamente amenazado. Como consecuencia, querrán un gobierno más débil, justo en un momento en el que el gobierno requerirá de la mayor cantidad de aliados posibles.

El sector de la oposición con mayor credibilidad–ante los ojos de la opinión pública–deberá definir su tipo. Por momentos, luce como un grupo desapasionado cuya postura es influida por los méritos de un planteamiento y no por cálculos politiqueros. En muchas otras ocasiones parece una turba al servicio del ‘qué dirán’ y alejada de la óptica estadista, más cercana a una especie de demagogia moralista. Su capital político podría inclinar la balanza. 

El Presidente tiene varias ventajas. Primero, su elevado coeficiente intelectual. Segundo, su determinación. Inteligencia con convicción hacen una buena mezcla. Tercero, su mandato apenas inicia. Cuarto, existe la conciencia por parte de mucha gente respecto de la urgencia de una reforma en esta materia.

No es común que una cancha esté tan claramente dibujada. El objetivo y los tiempos son inconfundibles. De su éxito depende buena parte de la estabilidad social y financiera del país de cara al inicio de la segunda cuarta parte del siglo.

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