El tamaño del Estado
En los últimos treinta cuatro años se han creado más y más instituciones sin un verdadero propósito
Desde hace treinta y cuatro años se viene hablando de reducir el tamaño del Estado y lo que vemos es cada vez más su abultamiento. Yo sí creo en la necesidad de un Estado Fuerte y promotor del desarrollo.
Lo importante es como lo hace. En los últimos treinta cuatro años se han creado más y más instituciones sin un verdadero propósito. Hace doce años escribí varias bitácoras sobre la necesidad de desmantelar el Banco de Desarrollo Agropecuario, El Banco Hipotecario Nacional. El Instituto de Mercadeo Agropecuario, el Instituto de Seguro Agropecuario. No hay necesidad de tener instituciones públicas para prestar al sector agropecuario con facilidades. Tampoco el desarrollo estatal de proyectos de viviendas. Estas actividades están plenamente desarrolladas por la empresa privada y funcionarían mejor con garantías estatales si se desea subsidiarlas. Nada de esto ha ocurrido. A tal punto que la famosa Autoridad de la Región Interoceánica creada con fecha de cumpleaños para su cierre en el año 2005 continúa existiendo hoy en día como Unidad Administrativa de los Bienes Revertidos como dependencia del Ministerio de Finanzas.
Se han creado nuevos ministerios como el Ministerio de Turismo, el Ministerio de la Mujer, el Ministerio de Seguridad Pública separándola del Ministerio de Gobierno y Justicia, Ministerio del Ambiente, Ministerio de Cultura, Ministerio de Asuntos del Canal. En Total son 16 ministerios para un país del tamaño de la mitad de la Florida y una quinta parte de su población. Y el problema es más crítico. Nuestra constitución habla de un Consejo de Gabinete y de actos administrativos que deben ser autorizados y firmados por el consejo de gabinete. Aquí Raymundo y todo el mundo pone su pata de gallina en los asuntos más disímiles y de total indiferencia a los quehaceres propios del ministerio a cargo.
Hace unos meses estuve de observador en un Consejo de Gabinete. El mismo es un verdadero gallinero o como decíamos en los tiempos de los diablos rojos, van como sardina en lata. Ese salón donde se reúne el Gabinete ahora incorpora a todos los directores de las instituciones públicas, asesores, viceministros. Casi no hay espacio para respirar. No se cuál es el despropósito de un consejo de gabinete a ese nivel con tantos en realidad “manzanillos” pues carecen de voz y de voto sobre temas que no son de su incumbencia.
Entonces y para llegar al meollo de todo esto necesitamos una verdadera reorganización estatal y no solo incluye desmantelar algunas instituciones, sino también desprendernos de estas formas de tomar decisiones.
Y no pareciera contradictorio hablar de reducción del Estado y creer en un Estado fuerte y promotor del desarrollo. Para nada, pues el Estado necesita las instituciones promotoras de desarrollo científico, ordenador del mercado, servicio al cliente (ciudadano) en los temas de salud, educación, seguridad. Incentivar el desarrollo de nuevas actividades productivas mediante el apoyo financiero y técnico incorporando universidades, organizaciones no gubernamentales e instituciones extranjeras.