Estoy seguro ninguno de los hoy candidatos presidenciales eliminará los auxilios económicos. Un tema es la opacidad en la información. Para todos los efectos debe ser público. Evitar dar la información de los recipientes alegando “información del beneficiario final oculta por la Contraloría” amerita una investigación exhaustiva del Ministerio Público pues los fondos públicos a excepción de asuntos relacionados con la seguridad del Estado debe tener carácter de confidencialidad.
Inclusive en este caso excepcional siempre debe existir una comisión del órgano legislativo o la Contraloría verificando el uso correcto de esos fondos, aunque no sean de dominio público.
No es aceptable que durante los años 2020 al 2023 existan de 4,902 registros individuales de auxilios económicos otorgados y de los cuales 2,757 son registros ocultos. Inclusive varios de estos registros ocultos por la suma de $198,000.00. Es decir para efectos legales limitadas para no alcanzar la suma de $200,000.00. Esto genera mucha suspicacia y exige una explicación detallada.
El reglamento del otorgamiento de becas y auxilios económicos del IFARHU determina quienes pueden ser acreedores de un auxilio económico y son los siguientes:
1. Funcionarios públicos y docentes universitarios que asistan a programas de educación continua. Incluye congresos, cursos, conferencias, seminarios, diplomados especializados y de interés nacional, que no dispongan de becas y otras formas de financiamiento de su participación.
2. Los funcionarios del IFARHU, sus hijos, nietos o sobrinos para realizar estudios en educación básica general, media y superior.
3. Para estudiantes panameños que requieran un complemento al financiamiento de sus estudios superiores en universidades del país o extranjeros y los estudiantes de escasos recursos de universidades oficiales.
4. Otros para dotación de equipos tecnológicos, movilidad estudiantil o premios únicos a ganadores de certámenes en actividades educativas.
Como verán la potestad y la asistencia es amplia pararealizar estudios y no se limita exclusivamente a personas de escasos recursos pues un funcionario puede recibir unauxilio mas allá de su salario para estudiar o participar en conferencias.
Se ha hecho una alaraca con los auxilios a determinados estudiantes de familias acomodadas, pero estos no llegan a una docena. En un programa de beneficios a más de 4,900 estudiantes se pueda ”jugar vivo”. Es posible. Pero la excepción jamás puede ser la regla general, ni satanizar un programa con propósitos loables. No está diseñado solo para los más pobres sino para quien desee continuar estudiando por mérito, por ser acreedor de una beca en el exterior por Estado Extranjero o Fathership pero a la vez no cuenta con suficiente recursos económicos para cubrir todos los costos. El apellido no es determinante. No todos los que llevan un apellido rimbombante son ricos. En Panamá puede existir muchos wannabees. Viven bien y tienen carros y membresía en el club, pero no le pueden costear toda la carrera universitaria a sus hijos si son aceptados en los Estados Unidos. Sirven de carne de cañón para abanicar esto en una campaña electoral. Pero quien soy yo para tirar la primera piedra. Que el IFARHU explique y los candidatos y quienes abanican esto como mierda en los medios estoy seguro no van a generar impacto alguno.
Yo recuerdo un debate en TVN Canal 2 en 1994 cuando el entonces director del IFARHU Héctor Alemán señaló que entre sus planes estaba ofrecerle becas a los funcionarios del IFARHU y sus familiares. Me pareció reprochable que la institución asignada para otorgar becas a los panameños privilegiara a sus propios empleados en vez de cumplir con su mandato. La entonces directora de TVN Canal 2 me felicito por mi intervención y me señaló que había logrado subir el rating del programa por la cantidad de reacciones negativas contra mi respuesta. Me había convertido en el más odiado de los participantes. A treinta años de ese debate hoy esa propuesta esta materializada en el reglamento de becas y auxilios económico.