A orillas del descalabro

Que el país marcha de tumbo en tumbo y a orillas del precipicio, es la sensación reinante entre quienes observan y piensan atentamente la realidad circundante. La nota cotidiana es una larga cadena de escándalos donde, cada día, uno nuevo y de mayores dimensiones reemplaza al anterior contribuyendo a que las lacras y falencias que infestan la vida nacional alcancen dimensiones descomunales.

Y en medio de tan estremecedora situación, el Informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre Derechos Humanos 2022, no pudo ser más demoledor. Fuertemente arraigada, la discriminación apunta a diversos sectores de la población tales como el indígena, la comunidad afro y la inmigrante. Pero, no termina ahí: en el documento la violencia de género destaca con leyes carentes de toda efectividad. Además, pone en la picota graves vicios presentes en los organismos de seguridad, junto a la deplorable práctica de numerosos funcionarios de utilizar los recursos públicos en su propio provecho y para su propia protección.

Entre los señalamientos más graves no se puede pasar por alto los dirigidos en contra del sistema judicial, al que acusa de ser “susceptible a influencias corruptas tanto internas como externas”. Denuncia, también, la manipulación y el pago de sobornos a jueces, la demora y los múltiples retrasos en casos de alto perfil. La impunidad no queda por fuera en este festival de acusaciones. En fin, un extenso rosario de situaciones de las cuales ya la población tenía noticias, pero que el Departamento de Estado no hace sino confirmar… ¿Cuánto más se necesita para que el descontento y el hastío nacional se materialicen y exijan los correctivos necesarios para evitar el descalabro?