El sospechoso búnker
La más reciente temporada de cruceros, que se extiende de octubre del 2022 hasta mayo del 2023, puede generar unos 10 millones de dólares para la economía nacional, declaró hace pocas semanas el Administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá. Esta institución, además, ha llevado a cabo un continuo esfuerzo para promover al país como puerto base, lo que podría traducirse en un mayor impacto económico. Algunas prestigiosas empresas han respondido positivamente anunciando su puerto base en nuestro país, entre ellas la Norwegian Cruise Line, y la Royal Caribbean. Estas resultan ser muy buenas noticias porque para una pronta y efectiva recuperación se requiere desarrollar al máximo el potencial de todos los sectores de la economía local.
Por ello resulta deplorable la insistencia de algunos personajes en actuaciones que atentan contra una sana y libre competencia. Como aquella de restringir el suministro de combustible a los cruceros imponiendo un monopolio que, además de violentar la Ley de Puertos, infringe la Ley 45 de la ACODECO.
Las repercusiones que esta medida ha provocado más allá de las fronteras panameñas, dañan la reputación que el país ha estado construyendo en el mercado internacional. Es urgente que, ante el silencio cómplice de la Autoridad Marítima de Panamá, entidad responsable de corregir el entuerto, otras instituciones de mayor jerarquía apliquen las medidas necesarias para restablecer el orden en aras de proteger los intereses de la nación en la prometedora industria de cruceros.
