En un comunicado, los 30 aliados han declarado que están preparados para «disuadir y defenderse del uso coercitivo de la energía y tácticas híbridas». «Cualquier ataque deliberado contra infraestructuras críticas de los aliados tendrá una respuesta unida y decidida», han subrayado.
Este aviso llega en plena crisis por las fugas detectadas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 debido a un posible sabotaje a las instalaciones, que llega en pleno pulso energético con Rusia por la guerra en Ucrania.
«Toda la información disponible apunta a que esto es el resultado de un acto de sabotaje deliberado, irresponsable e imprudente. Estas fugas ponen en riesgo la navegación y provocan un daño medioambiental importante», ha señalado el comunicado de la Alianza Atlántica.
«Apoyamos las investigaciones en marcha para determinar el origen de este daño», ha ahondado la OTAN. Los países nórdicos ya han anunciado un refuerzo de la vigilancia para proteger las infraestructuras de gas y petróleo, después del incidente en los gasoductos.
Dinamarca dio la voz de alarma este martes, tras detectar una fuga de gas en uno de los tramos de Nord Stream 2 en la isla danesa de Bornholm. Horas después, el tubo submarino Nord Stream 1 detectó una caída de la presión del gas procedente de Rusia enviado hacia Alemania y que afecta a las dos líneas del conducto.