Apostando al cansancio provocado por las largas jornadas de protestas que desde el mes de julio estremecieron al país, un grupo de representantes de corregimientos presiona para lograr un aumento de sus ingresos luego de la eliminación de los gastos de movilización y que la Corte anulara las polémicas y desvergonzadas licencias con sueldo.
Alegando incapacidad para cumplir con una serie de compromisos financieros, adquiridos en el ámbito personal cuando disfrutaban de los privilegiados gastos de movilización y los dobles salarios, pretenden resolver a costa de las arcas públicas el excesivo nivel de vida que sostenían gracias a ingresos declarados ilegales por la máxima corporación de justicia nacional y repudiados por la opinión pública.
Resulta extremadamente despreciable y carente del mínimo sentido de vergüenza exigir un aumento de “sólo mil balboas” para cada representante, cuando una gran mayoría nacional lucha a brazo partido para sobrevivir con lo esencial en medio de las penurias del desempleo y de una informalidad laboral desbocada.
Que no se llamen a engaño ese grupo de irresponsables que juega peligrosamente a pisar la cola del león. Contar, como siempre han hecho, con la indiferencia ciudadana para alcanzar sus absurdas pretensiones puede hundirles a ellos y al resto del país en una explosiva situación lamentable para todos. El hartazgo de la población ante los abusos de las bandas enquistadas en el poder, aún sigue latente y cualquier chispa irresponsable e inoportuna puede encender al país nuevamente.