El nuevo liderazgo allá en el horizonte
En su obra El mejor líder de la historia, Lucas Leys resume el espíritu de los pueblos en una frase definitiva: “La gente busca desesperadamente líderes que los guíen, que les agreguen valor, que los influyan positivamente, y que los sirvan”. Una verdad de a cuño que ha sobrevivido al curso de los siglos y se mantiene vigente donde quiera que la gente haga vida en comunidad. Un precepto con una larga estela de nombres ilustres que lanzaron su mirada más allá del cercano horizonte y lograron cambiar de formas novedosas y profundas el entorno en el que existieron.
La mala noticia es que este tipo de líderes, hoy, es escaso, por no decir que totalmente ausente. Nombres como el de Winston Churchill, Mahatma Gandhi y Ángela Merkel- por mencionar algunos no tan lejanos- resultan irrepetibles en el corto plazo. El liderazgo creativo y capaz de reconfigurar beneficiosamente el mundo circundante, parece sumido en un largo e interminable sueño invernal, y mientras tanto asumen el reinado fuerzas desintegradoras como el populismo, la manipulación y el oportunismo rampante. Quienes actualmente pelechan en las cumbres del poder ignoran el certero diagnóstico emitido hace algunos años por el extraordinario escritor y productor de la pantalla chica, Norman Lear, quien mirando más allá de las fronteras estadounidenses sentenció que “pensar a corto plazo es la enfermedad social de nuestro tiempo”.
Los momentos presentes no son fáciles y cargan con una abrumadora cuota de incertidumbre. La pandemia que azota al mundo impulsó una crisis desconocida para la mayoría de la población y con consecuencias demoledoras en todos los órdenes de la vida contemporánea. Sin embargo, en medio de toda la desolación que deja, nos queda también una lección insoslayable: que el liderazgo no es terreno exclusivo de unas pocas figuras enquistadas en los elevados pedestales de la política, el Estado o cualquiera otra posición de poder. En el nuevo escenario que poco a poco toma forma luego del desastre, el nuevo liderazgo, como un ejercicio cooperativo, es responsabilidad y patrimonio compartido de cada ciudadano de este país. Corresponde a todos asumir la responsabilidad de aportar para la construcción de un renovado sueño nacional, de una nueva visión que marque el norte a seguir para salir de la catástrofe vigente y comenzar a construir el futuro que no sueñan los farsantes que han festinado con el poder: el sueño de un porvenir próspero y con oportunidades para todos.
“Estos son tiempos duros en que a un genio le gustaría vivir…”, advertía la irrepetible Abigail Adams, señalando que “las grandes necesidades producen grandes líderes”. Este es el mejor momento para tomar las riendas de nuestra propia vida en comunidad.
