Naciones Unidas ha elevado a 816 la cifra provisional de civiles muertos en Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero, en un balance que incluye a 61 niños y que, como reconoce la propia organización, está «considerablemente» por debajo de los previsibles datos reales.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos trata de elaborar un recuento imparcial de lo que está ocurriendo en Ucrania, de los efectos que la ofensiva rusa está teniendo para la población. Por ahora, tiene confirmadas 2.149 muertos y heridos.
La mayoría de las víctima corresponden al uso de armamento explosivo de amplio alcance, según la ONU, que asume el retraso en la verificación de los datos y en la recepción de información de zonas como Mariúpol, objetivo de un férreo asedio por parte de las tropas rusas y de los rebeldes aliados.
De hecho, las autoridades ucranianas ya han denunciado que más de un centenar de niños han muerto en todo el país como consecuencia de la invasión rusa.