Portobelo, tiene la más rica historia desde la llegada de Cristóbal Colón el 2 de noviembre de 1502. Este sitio se convertiría en un punto de batallas en la eterna guerra entre españoles e ingleses, pero también marcaría el destino del país como paso de convergencia ístmica del comercio mundial.
Portobelo se convierte en un punto fundamental en la ruta transoceánica de los galeones españoles y las dos ferias anuales que allí se organizaban y cosechan una importante fama debido a la importancia de las transacciones comerciales que en ella se realizaban.
“A la entrada de la bahía, el castillo de San Felipe de «Todofierro», terminado en 1602, y protegiendo la ciudad, el castillo de Santiago de la Gloria, con una gruesa muralla y un foso inundable, y en tercer lugar, el castillo de San Jerónimo, cerca de la Aduana y construido a mediados del XVII.”, reseña la información que acompaña la cartografía de Juan Herrera y Sotomayor en 1731 del Servicio Geográfico del Ejército Español, y alojado en un portal de la Red de Institutos Geográficos Iberoamericanos.
Describe que “la defensa de la ciudad y de su bahía estuvo siempre asociada a un sistema complejo de fuertes que, con un juego de baterías altas y bajas, dificultaban el ataque de los enemigos presentando un blanco difícil”.
Atacada por William Parker en 1602, Henry Morgan en 1608, John Coxon en 1679, Juan Spring en 1702, entre otros, estos asaltos, pusieron a prueba sus defensas.
Patrimonio de la Humanidad en Peligro
El conjunto de fortalezas y castillos coloniales fue incluido en 1980 en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
En 2018, la UNESCO declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad las expresiones rituales y festivas de la cultura congo, una celebración de los descendientes de esclavos negros rebeldes en Panamá.
La Convención de Patrimonio Mundial de 1972 -que tiene como misión principal identificar y proteger el patrimonio natural y cultural del mundo considerado de valor universal excepcional-, produce dos listas.
Una es la Lista del Patrimonio Mundial y la otra incorpora aquellos que están en peligro, explicó Katti Osorio, Directora Nacional de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura
La última incluye aquellos patrimonios que tienen afectaciones sobre los elementos declarados como de valor universal excepcional.
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Durante más de 4 décadas, los fuertes y castillos no recibieron la atención demandada para su conservación. El avanzado deterioro de las edificaciones impulsó su inclusión en esta lista.
La estrategia de restauración que lleva adelante el gobierno nacional a través del Ministerio de Cultura, está diseñada para la protección de la bahía de Portobelo y de las fortificaciones del Caribe como un entorno más amplio, explicó Osorio.
Los fuertes de Portobelo y San Lorenzo, separados por 20 kilómetros, son parte de la misma propiedad de Patrimonio Mundial, explicó.
El perímetro del conjunto monumental está delimitado desde la cota alta de las montañas que están alrededor de la Bahía. El conjunto monumental no es solamente los edificios, sino también la bahía y el paisaje, aclaró Osorio.
Sin embargo, como detalló, el Patrimonio Mundial inscrito en la lista de la UNESCO es el conjunto de las edificaciones del Castillo de San Lorenzo, la Aduana de Portobelo, los fuertes de San Jerónimo, San Fernando y Castillo de Santiago de la Gloria Nuevo y Viejo.
DP. ¿Qué tipo de construcciones se levantaron en Portobelo?
KO. La construcción de las fortificaciones evolucionó según avanzaba la carrera armamentista española. Esto es que, a medida que los proyectiles y cañones cambiaban, de la misma forma los sistemas constructivos y la arquitectura militar de la época variaba.
Se pasó de tener castillos con grandes muros muy visibles y altos, – como era San Felipe “Todofierro” del que no queda nada porque fue usado como cantera por el ejército de Estados Unidos – con torres en la parte superior, y que, en el castillo de Santiago de la Gloria el Viejo, aún son visibles.
Este castillo fue destruido, y posteriormente desmantelado por obsoleto por las autoridades.
Con el avance de la tecnología militar, cambió el rango de la parábola de las balas de los cañones.
Y, se construyen fuertes con baterías que se distinguen por tener muros bajos, anchos y largos como el de San Jerónimo que colinda con el edificio de la Aduana, y el castillo de Santiago La Gloria Nuevo erigido a nivel del mar.
DP. ¿Cuál es el estado actual de las fortificaciones y casillos?
KO. El impacto del cambio climático y del vacíado de aguas duras -por la falta de una planta de tratamiento- a la Bahía de Portobelo, han acidificado las aguas marinas.
Esto no solo causa la muerte de los corales, sino también ha erosionado las piedras de las fortificaciones que son de coral. El daño a las edificaciones es de tipo estructural en forma de grietas en sus bases.
DP. ¿Qué se va a restaurar y qué tipo de restauración se realizará?
KO. Los trabajos de restauración pasan por una estabilización mecánica a través de obras de ingeniería con intervenciones de tipo estructural a las fortalezas.
En algunas se tendrá que hacer gestión de material expansivo para recuperar la horizontalidad de las fortificaciones, consolidar muros, reposeer la grietas, entre otros trabajos.
Además, se estabilizarán los suelos en San Jerónimo, en San Fernando y en el caso de Santiago de la Gloria el Viejo que fue impactado por deslizamientos de tierra por efecto climático la Purísima, se requiere de estudios que determinen cómo estabilizarlo.
Mercancías, esclavos y riquezas llegaban a la bahía en galeones mayormente durante las millonarias ferias. El edificio principal de este evento era la Real Aduana y Contaduría, y de su restauración trataremos la próxima semana.