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Una democracia de apuestas
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mayo 18, 2021

Una democracia de apuestas

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Después de pasar 10 años de gobiernos de altos presupuestos, grandes obras, muchas cuestionadas y un periodo de persecución salvaje, donde la justicia termino de caer por el piso, manipulada y señalada. Con un Ministerio Publico completamente sesgado, que el inagotable caso de Odebrecht fue la bomba que desenmascaro a todos sus actores, pasivos y activos, incluido altos funcionarios.

Al llegar las elecciones de 2019, el PRD con una bandera a media asta y sin contrincantes de peso, se alza con la victoria y se vio una luz al fondo del túnel. Pero esa luz no era mas que una guaricha casi sin querosene, que no duro en apagarse. Los cuestionamientos llegaron de salida, ante el silencio cómplice de no denunciar los hallazgos encontrados, con deudas impagables y un descalabro financiero. Quizás Cortizo habrá pensado volver al estatus quo, ese de que el gobierno que entra no investiga al que se va, para curarse en salud.

Lo cierto es que la Pandemia le quito la caretas a muchos funcionarios, la vergüenza la perdieron con el manejo poco transparente de la gestión pública. Licitaciones cuestionadas y por el otro lado se dieron a la tarea de hacer la excepción de acto publico la regla. Las invitaciones, son ahora el común denominador para contratar con el Estado. Ya poco queda para que simplemente digan que el Estado esta en quiebra, para el que no es parte del circulo cero de la presidencia.

A lo interno del PRD hay voces que comienzan a levantarse y tratar de parar el carro, del descarrilamiento al que va el partido. Lo preocupante de esas voces es que son las mismas que pactaron con los gobiernos pasados, en los cuales el PRD se suponía que era oposición. Nadie olvida como Varela se metió en las elecciones interna del PRD para que Pérez Balladares no regresara, rifándoselas con Pedro Miguel, que como se previa tomaría su camino posterior. Varela juró que había comprado al PRD y lo único que consiguió fue el rechazo a todas sus designaciones para la Corte. Total, nunca fue un estratega en política y su ego imperial lo traiciono.

El PRD o más bien Nito Cortizo sabe, por las cifras, que las elecciones la ganan por los votos aportados por el MOLIRENA, pero ¿hasta donde puede cargar con ese desgaste, que las pugnas interna de ese partido han sacado a la luz pública?. Un gordito que ha puesto a bailar a medio partido, mientras el otro aplaude para que caigan sus adversarios internos. La verdad, el silencio del Presidente deja mucho que decir, no ha entendido la película como es, que él es el presidente y debe tomar decisiones. Primero a nivel interno para poner en orden su casa, pues sino lo hace, no tiene la autoridad para tratar de poner en orden el país.

Vacunas, bolsas de comidas, bonos, son paliativos para la catástrofe que se creo con las medidas absurdas de cierre y mucho más la incapacidad de reactivar la economía, donde la única solución no puede ser seguir pidiendo prestamos, que no pagaran en su periodo de gobierno y las deudas duran varios lustros. Pues quien pretende aun creer que el Canal de Panamá da para más, vive en el absurdo de lo ridículo. Si no hay planes de reactivación, ni una política gubernamental coherente, hasta ese Canal quedara quebrado.

Ojalá el escándalo del gordito, sea la última campanada que le permita al gobierno reaccionar, no se puede seguir pensando que están haciendo el mejor gobierno de la historia, porque la planilla gubernamental se sigue pagando, pues es una ficción que esa planilla, tan abultada, se siga pagando con deuda. Es hora de que la Democracia deje de ser una apuesta a ver quien hace el peor gobierno, y se convierta en una puesta por fortalecer el estado de derecho, el respeto por las garantías fundamentales y sobre todo, sea una apuesta para juntos poder salir adelante, mediante un acuerdo nacional, que no es otro que el mismo gobierno encabece el llamado a una constituyente. Pero una constituyente seria, no revanchista, ni para temas específicos. Así veo las cosas y así las cuento.

 

 

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