Recuerdo cuando la militancia y las doctrinas ideológicas imperaban en la conformación de los partidos políticos. De ahí salían grandes oradores que, desde sus curules, en la Asamblea, encendían el debate dialectico de propuestas y contra propuestas. Esas personas nacían de la vida de partido. Crecían con el adoctrinamiento si se quiere decir, de cada tendencia. Muchos partidos tenían escuelas de cuadros. Muy recordados aquellos tiempos de la Democracia Cristina y su formación de líderes, el propio PRD con sus ideologías alineadas a la internacional socialista y el Panameñismo de Arnulfo Arias, que se arraigaba al nacionalismo de una derecha dura.
Atrás, a lo lejos se ve la perdida de mística, las ideologías son utilizadas según con quien hablan y a quien va dirigido el mensaje mediante slogan. En campañas eres el compañero, pero en el gobierno pasas a ser el socio. Es cuestión de resultados, ya que después de las elecciones, te quitas tu chaquete populista y pasas a ponerte la gorra de los Yankees de Nueva York. Ya el elector acostumbrado a lo mismo, no espera nada de ellos, más allá del auxilio estatal de cada cinco años, que viene de la mano del Diputado en forma de bolsas de comida y que con eso retiene su curul.
Haciendo un breve repaso a los principales partidos post invasión, vemos un PRD que para llegar a la Presidencia, después de estar 10 años en la llanura, se tuvo que resignar para que un outsider, los liderara. Y esto es así, porque Cortizo no venia de una cuna PRD, no se formó en las escuelas del partido, ni logro obtener la dirección de ese Partido. Es decir, apostaron a quien no tenia compromiso con el aparato que le brindaba su tiquete electoral. Hoy, claro son los niveles de descontento y nadie sabe como terminara este quinquenio, cuando comiencen las luchas internas. Se perdió la brújula de la izquierda a nivel de gobierno, pero aun se mantiene en la dirección del PRD con algunas escaramuzas.
El panameñismo, aquel partido roncón que sufrió embates y persecuciones, con el tiempo sus figuras se fueron desgastando o desapareciendo, en la medida que llegaban otros al poder. Con Varela el Panameñismo dejo de ser un partido, las figuras de antaño fueron relegadas a últimos planos, por la gente del PH. Gobernaron con los amigos, no con los copartidarios; del discurso Panamá para los panameños, le entregaron el país a los Chinos comunistas. Ahora la dirigencia esta en manos de figuras que provinieron de otras toldas, como el caso de Cortizo en el PRD, no vienen de cunas arnulfistas sino son productos de importación, que no logran, ni lograron que el voto saliera o salga de debajo de las piedras, como en antaño. No se les vislumbra en un futuro.
Cambio Democrático, nacido de la voluntad de una persona y que a punta de aprovechar el abandono en que los 2 partidos tradicionales tenían sumergida a su membresía, se hizo de mucho musculo, pero sin un aporte ideológico. Se gobernó como un sistema empresarial de derecha, mientras se apostaba a un paternalismo propio de la izquierda. En su rejuego, el partido es arrebatado a su único líder, por políticos traídos de otros partidos, y sobre una coyuntura se montaron en una candidatura presidencial y en una dirigencia improvisada, que no busca crear un liderazgo y mucho menos dejar un legado. Su única meta es llegar al poder a toda costa y bajo el menor sacrificio.
En el MOLIRENA, las ambiciones personales lo hicieron sucumbir y ahora son antiguos panameñistas los que lo controlan y no tienen identidad, liderazgo y carecen de discurso. Están pegado al PRD, para lamer las gotas de poder que se desbordan de una boca llena. De ser un partido de buenos referentes, quedo como la gallina culeca del gallinero, viendo cual es el gallito más simpático para aparearse. En esa vía de extinción sobrevive la Democracia Cristina, lejos de esos militantes fogosos que la edad, muerte, vejez y las malas experiencias partidarias han alejado (Arias Calderón, Cochez, Arrellano Lennox, Brenes etc.). Se mantiene como partido, por ese 5% que unas reglas electoreras les permite sobrevivir en cada elección. no llegan ni a 25 mil adherentes y ya ni partido bisagra pueden ser en una alianza.
En definitiva, todos los partidos han perdido su brújula ideológica, si es que la tuvieron, solo los mueve el interés de llegar al poder y en ese movimiento sus miembros se convierten en escaleras, de apetitos inescrupulosos para saciar la vanidad, la sed de poder y de hacerse de negocios. Ninguno tiene un discurso creíble y parte de eso es que, en Panamá, lo de la izquierda no existe tampoco. Lo que hay son un poco de trasnochados, que usan la bandera populista, para lucrar de la ignorancia del pueblo, y vestirse de Gucci o Prada una vez llegan al poder.
Lo triste, es que al final el Estado, con los impuestos de todos, financian estas escalares corporativas que no buscan solucionar nada, más allá que los intereses de candidatos, que luego de llegar a su objetivo se olvidan de como llegaron, que prometieron y a cuantos engañaron con discursos sociales y promesas llenas de energía y nostalgia, de las cuales luego en sus oficinas reservadas y refrigeradas se burlan. Así se mueven los partidos, de un lado a otro, sin identidad ni liderazgo frente a una población sedienta, de una nueva generación que les brinde y les diga que al final del túnel hay una luz. Así veo las cosas y así las cuento.
El autor es abogado