ANCON: Panamá está en camino de poner valor a sus bosques

Desde la perspectiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), una de las organizaciones ambientalistas más importantes de Panamá, el camino recorrido en los últimos años para cumplir el objetivo de poner valor a los bosques panameños ha sido positivo.

La directora ejecutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), Rita Spadafora, expresó que así es cómo ve el tema, en respuesta a una consulta de destinopanama.net sobre un balance de lo logrado y lo que faltó hacer este año.

El camino delineado, según Spadafora, es el de poner en valor los bosques panameños con actividades económicas rentables y sostenibles, además de promover actividades agropecuarias sostenibles, y enverdecer las inversiones del sector financiero.

“Algunas de estas iniciativas están en proceso, otras hay que fortalecerlas”, aseguró la directora ejecutiva de ANCON, para quien la Alianza por el Millón de Hectáreas Reforestadas, campaña que despegó formalmente hacia fines de agosto de 2015 con la meta de reforestar un millón de hectáreas en 20 años en Panamá, no se debe medir en términos de los plantones sembrados ni de las especies rescatadas.

ANCON fue una de las organizaciones propulsoras de la idea iniciar la campaña de la Alianza por el Millón, a la que sumaron su esfuerzo además el sector privado y el gobierno panameño.

La meta con la Alianza según el gobierno de Panamá es frenar la deforestación y degradación de los bosques panameños, para tener en 20 años una cobertura de bosques primarios de 48.6%.

 Diferencias de enfoque

Spadafora observó que al evaluar lo alcanzado debe tenerse en cuenta que hay diferentes formas de restaurar áreas degradadas, como la regeneración natural, la regeneración asistida, los sistemas agroforestales, los sistemas silvopastoriles y la restauración con estacas y plántulas.

“Algunas especies exóticas tienen cabida en áreas donde las nativas tienen tasas bajas de supervivencia o donde las exóticas pueden generar rendimientos económicos y beneficios a las comunidades”, destacó.

Pero para la ambientalista, los resultados de la Alianza por el Millón se verán a largo plazo, y requerían de una serie de pasos para seguir avanzando.

“Por un lado se necesitarán marcos regulatorios que incentiven al sector equiparándolo con otros sectores productivos que reciben incentivos, el establecimiento de viveros para tener material vegetal que permita hacer las reforestaciones, además de fondos de incentivo, crédito que promueva la inclusión del componente arbóreo en los proyectos y, sobre todo, generar la conciencia entre los dueños de fincas que son los que al final toman la decisión de restaurar sus predios”, sostuvo Spadafora.

La directora ejecutiva de ANCON resumió que al final el balance ha sido positivo, porque gracias a esa unión de voluntades que se dio en 2014, se han iniciado varios procesos que no hubieran sido posible de no tener un objetivo tan simple y claro como el de recuperar un millón de hectáreas degradadas.

“Hasta el momento hemos logrado, una ley de incentivos forestales y su reglamentación este año, el establecimiento de 50 viveros a nivel nacional, proyectos de reforestación en cuencas críticas, proyectos de recuperación de canteras y de cuencas en alianzas con el sector privado, al igual que un proyecto en gestión de ganadería sostenible para un área crítica en el Darién a una escala importante”, resumió Spadafora.

También destacó en el balance que se ha dado una mejor comunicación entre el ministerio de Ambiente y el ministerio de Desarrollo Agropecuario, que hay una banca estatal hablando de la necesidad de enverdecer su cartera crediticia,  y que la Superintendencia de Bancos está incorporando los riesgos socio ambientales gracias a una gestión de ANCON con apoyo del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) como parte de la Alianza por el Millón.

Spadafora resaltó adicionalmente la conformación de un grupo de trabajo para hacer una hoja de ruta con miras al establecimiento del centro financiero sostenible de Panamá con apoyo del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica).

“El desafío del sector ambiental somos nosotros, los individuos, que dejemos de pedir que los demás hagan y no empezar a cambiar las cosas nosotros mismos, que abramos nuestras mentes a modelos de conservación de nuestros recursos naturales con proyectos diferentes e innovadores, subirse las mangas y trabajar con el que tengamos que trabajar, empresas, comunidades, organizaciones, individuos, gobiernos locales y nacionales, sin envidias, con humildad y con esperanza que las cosas pueden cambiar de forma gradual, participando y no criticando”, concluyó.

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