En el Día del Paludismo en las Américas, que se celebró por decimosegunda ocasión este 6 de noviembre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países de la región a tomar medidas urgentes para frenar el incremento de los casos de paludismo o malaria, para mantener los logros alcanzados y librar al continente de esta enfermedad que en el siglo pasado fue la principal causa de muerte en casi todas las naciones del mundo.
Panamá es unos de los países que avanza hacia la eliminación de la malaria. Como parte importante de las acciones en busca del control y la eliminación de la enfermedad, este país elaboró el Plan Estratégico de Eliminación de la Malaria 2018-2022, con el apoyo técnico de la OPS, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Clinton Health Access Initiave (CHAI). De este modo el país ha analizado los retos del sistema de salud y ha incrementado el acceso y cobertura de las acciones preventivas, el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
El Istmo mantuvo una baja incidencia de paludismo durante varias décadas, pero entre el año 2000 y el 2004 hubo una situación de reemergencia ya que la enfermedad alcanzó un total de 5,094 casos. Luego, de 2005 a 2011, hubo una tendencia hacia la disminución de los casos. Sin embargo, en 2012 se revela un nuevo aumento de 860 casos, más del doble de los registrados en 2011 (354 casos). Este aumento se mantiene hasta 2014 (874), volviendo a bajar en 2015 (562 casos), aunque en 2016 aumentó a 769 casos, mientras que en 2017 bajó a 689 casos.
Más del 70% de los casos confirmados en Panamá durante el periodo 2012-2016 se detectaron mediante la vigilancia activa, el 30% restante se detectó mediante la vigilancia pasiva en centros de salud. Esto muestra la brecha existente aún en la cobertura de la detección pasiva de los casos, a la que en Panamá está respondiendo a través de búsqueda activa proactiva en las comunidades de difícil acceso.
En 2017, las áreas con la mayor concentración de casos estaban ubicadas en Comarca Guna Yala (39,9%), Panamá Este (20,6%), Darién (20,2%), y Comarca Ngäbe-Buglé (11,2%).
“Si queremos eliminar la malaria, necesitamos mayores inversiones y ampliar el acceso a la prevención, el diagnóstico y tratamiento oportunos de la enfermedad en las comunidades que concentran la mayoría de los casos”, considera Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.
Paraguay, un ejemplo para la región
En junio de este año, la OMS certificó a Paraguay como el primer país de América Latina libre de malaria después de Cuba, y se espera que Argentina sea el próximo país en obtener esa certificación en 2019. Mientras que Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Suriname integran la lista de los 21 países del mundo que eliminarán la malaria en 2020. Panamá también se une a estos esfuerzos para controlar o eliminar de raíz el mosquito transmisor, principalmente en las áreas más vulnerables.
De ahí que la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, afirmó que la eliminación de la malaria está más cerca que nunca, pero considera que “no podemos confiarnos ni relajar las acciones, los esfuerzos de control deben redoblarse donde la incidencia ha repuntado”, sostuvo.
“Aunque hay otros países que han registrado un aumento en el número de casos, lo que amenaza la meta para eliminar la enfermedad en la región para 2030, los esfuerzos persisten para erradicar esta enfermedad en el mundo”, acotó Etienne.
Esta semana, la OPS reunirá en su sede en Washington a socios y a representantes de los 10 municipios de la región con mayor carga de la enfermedad para analizar mejores prácticas que pueden ayudar a controlar la malaria. Se prevé la participación de representantes de los municipios Cruzeiro do Sul (Brasil), Quibdo (Colombia), La Gomera (Guatemala), Les Anglais y Les Irois (Haití), Puerto Lempira (Honduras), Puerto Cabezas (Nicaragua), Andoas (Perú) y Bermúdez y Sifontes (Venezuela).
Iniciativas en la región y en el mundo
En 2013 se lanzó la iniciativa “Eliminación de la Malaria en Mesoamérica e Isla la Española” con la finalidad de eliminar la enfermedad en nueve países para 2020. Desde entonces, la Alianza Malaria Zero, lanzada en 2015, se ha unido a este objetivo de acabar la enfermedad en dos de estos países, Haití y República Dominicana. Asimismo, este año el Banco Interamericano de Desarrollo, junto a otros colaboradores y la OPS como socio técnico principal, puso en marcha otra iniciativa con el fin de acelerar los esfuerzos para eliminar el paludismo principalmente en Mesoamérica (parte de México, Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Costa Rica).
Actualmente la malaria es endémica en 20 países de América Latina y el Caribe, tras la eliminación en Paraguay. Desde 2015, los casos de malaria en la región aumentaron 71%. El 95% del total se concentraron en cinco países, principalmente en áreas específicas donde se han debilitado los esfuerzos contra la enfermedad.
Datos de la OPS y la OMS señalan que en 2015 hubo unos 212 millones de casos de la enfermedad, que, según las estimaciones, costaron la vida a 429, 000 personas. Sin embargo, el éxito reciente en la lucha antipalúdica ha demostrado que la prevención funciona. La intensificación de las medidas de prevención y control se han traducido en una reducción de las tasas de mortalidad por paludismo del 29% en todo el mundo desde 2010.
Esto indica que cerca de la mitad de la población mundial está expuesta al paludismo. Pero las más afectadas son las poblaciones indígenas, personas que viven en situaciones de vulnerabilidad y poblaciones móviles como mineros y migrantes.
Los primeros síntomas comunes (fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos) suelen aparecer 10 a 15 días después de que se haya producido la infección. Si no se trata rápidamente con medicamentos eficaces, el paludismo puede ser grave, y a menudo mortal.
En cuanto a la prevención, se centra en la reducción de la transmisión de la enfermedad mediante el control del mosquito vector del paludismo.
Objetivos a lograr
Este año el Día del Paludismo en las Américas, que tuvo como lema “Preparados para vencer al paludismo”, pretende lograr los siguientes objetivos:
·Mejorar el proceso de comunicación y la promoción a todos los actores, socios interesados y audiencia destinataria;
·Aumentar la visibilidad y el interés por la malaria en la Región de las Américas, así como la carga que representa esta enfermedad para la población mundial;
·Aumentar el conocimiento y la comprensión de los temas claves entre públicos objetivos y la población en general;
·Suscitar cambio de actitudes y comportamientos en la población afectada;
·Generar abogacía y apoyo del público, políticos, sector privado y socios estratégicos;
·Promover el apoyo a la lucha contra el paludismo a largo plazo, incluyendo la eliminación de la transmisión local en zonas donde sea factible. Se insta a los socios y partes interesadas de la región a que consideren este concepto y objetivos.
El Día del Paludismo en las Américas fue instituido por los estados miembros de la OPS en el consejo directivo de 2008 y es una ocasión para poner de relieve la necesidad de invertir en la prevención y control de la enfermedad en las Américas. Se estima que los esfuerzos regionales coordinados por la OPS y sus socios han salvado cientos de vidas al reducirse las tasas de mortalidad en un 30%, entre 2000 y 2017.